Espíritu cultural de su proyecto
Cautivado por su proyecto, Carlos George Nascimento dedicó todos sus esfuerzos a la promoción de la literatura chilena no sólo en el país sino también en el extranjero. Es así como, sin ningún tipo de ayuda, consolidó el prestigio literario de la editorial y aseguró su situación económica en lo básico. Y aunque muchas veces, Carlos George intuía que un libro no se iba a vender mucho, siempre privilegió publicar la calidad ante todo, haciéndolo incluso con el dinero de su propio bolsillo. En esto, contó con el apoyo incondicional de su esposa, María Elena Márquez, quien además fue su gran asesora literaria. A ella, tal como recuerda su hijo Julio, "su padre le pasaba los textos para saber su opinión. La selección se hacía por gusto literario" (Hernández Piceros, Rodrigo. "Editorial Nascimento o el esplendor del libro en Chile", Derrame, (4): 29-33 (noviembre, 2001).
Con el paso del tiempo, los manuscritos llegaban solos hasta la casa editorial Nascimento y para su selección Carlos George era asesorado por un grupo estable de escritores: Mariano Latorre, Domingo Melfi, Eduardo Barrios, Luis Durand, Manuel Vega, Enrique Molina, Ernesto Montenegro, Hernán del Solar, Luis Meléndez, Ricardo A. Latcham, entre otros. Aunque la palabra final siempre la tenía él: "Prefiero los escritores de imaginación, los novelistas, los cuentistas, los poetas, los de teatro. La creación literaria la comprendo y más que eso, siento sus manifestaciones nuevas. No soy crítico, ni esteta, ni filósofo. Soy un hombre de la calle que siente la inquietud de lo nuevo. Percibo las tendencias que se divorcian literariamente para encontrar su manera de ser. Sentí a Neruda. Sentí a Huidobro. Sentí la Mistral. ¿Sensibilidad? Yo creo que aptitud de conocer. Necesidad de buscar otros horizontes. He buscado hacer de la editorial una digna representante de la cultura chilena (Feliú Cruz, Guillermo. "M. Carlos George Nascimento editor de la literatura chilena", Francisco A. Encina, historiador. Santiago: Nascimento, 1967. p. I- XLV)
Nascimento tuvo debilidad por la poesía y fue el único editor de este género por mucho tiempo y muchas veces lo hizo sin importarle si recuperaba la inversión. Algunos autores que publicó fueron: Braulio Arenas, Efraín Barquero, Nicanor Parra, Vicente Huidobro, Juvencio Valle, Volodia Teitelboim, Manuel Rojas, Joaquín Edwards Bello, Humberto Díaz-Casanueva y Pablo de Rokha, entre muchos otros.
Por otra parte, editó a casi todos los Premios Nacionales de Literatura, incluso cuando nadie presagiaba su éxito.
Con el tiempo, Nascimento llegó a editar más de dos mil obras de autores nacionales y también internacionales. También fue impresor durante 30 años de la Revista Atenea.
Según Milton Rossel: "Don Carlos G. Nascimento era más que el dueño de una librería, más aún que el editor de tantos autores nacionales y extranjeros. Podríamos considerarlo como animador de la actividad literaria chilena en los últimos cuarenta años" ("Evocación de la Librería Nascimento", El Mercurio, miércoles 26 de enero, 1966, p. 5).