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territorio mapuche

El territorio con comunidades hablantes de la lengua mapudungun se divide en tres áreas geográficas. En el sector septentrional, entre los ríos Ñuble e Itata hasta el cordón Mahuidanchi-Lastarria por el sur, existían bosques caducifolios con claros despejados en su interior que reunían las condiciones óptimas para el asentamiento humano, la práctica de la agricultura y la ganadería. Un rasgo geomorfológico fundamental de esta zona es la presencia de la Cordillera de Nahuelbuta que actúa como un verdadero biombo climático generando mayor sequedad en los valles al este de la cordillera y propiciando condiciones óptimas para el desarrollo de prácticas agrícolas. Es en este lugar donde prosperaron las sociedades prehispánicas alfareras de El Vergel.

Un segundo sector es el meridional emplazado entre el cordón Mahuidanchi-Lastarria hasta el Golfo del Reloncaví. En este sector dominado mayoritariamente por los bosques laurifolios, habitaron probablemente poblaciones alfareras tempranas correspondientes al Complejo Pitrén, para luego ser poblados por comunidades que manufacturaban la cerámica Valdivia clásica.

El último sector, denominado oriental, corresponde a las zonas precordillerana y pampas en la provincia de Neuquén. Tales regiones completan el ámbito biogeográfico donde se desarrollaron las sociedades mapuche prehispánicas. Se trata de ambientes dominados por bosques monoespecíficos de araucaria o ciprés y por la presencia de lagos subándinos. Ambos sectores, tanto lacustres como precordilleranos, permitieron la mantención de un modo de vida más conservador, como la del Complejo Pitrén.