La novela chilena: los mitos degradados

La aparición de La novela chilena: los mitos degradados generó un inmediato revuelo en el ambiente literario, llevando rápidamente a críticos y académicos a trincheras desde las cuales defender y atacar, alternativamente, la obra de Goic. Así por ejemplo, Antonio Skármeta planteó: "El todo de la evolución aparece fundado en la tradición literaria, y el método de Goic hace coherente una materia reacia a ser limitada. Además de proporcionar una imagen omnicomprensiva de la Novela Chilena, es un manual práctico que enseña a manejar el instrumental de la teoría literaria aplicándolo a casos concretos" (Skármeta, Antonio. "Novela chilena: Otra vuelta a la tuerca", Ercilla (1.775), 10 de julio, 1968). Bastante distinta fue, por ejemplo, la recepción de Alone, quien señaló: "Todo está muy bien y revela gran sabiduría. Incluso la endemoniada jerigonza sirve, porque hay que traducirla y ese trabajo hace pensar, cosa que nunca sobra. Lo malo es que la estructura, lo estructural y sus leyes infunden esperanzas que están lejos de cumplirse. Deberían explicarlo todo o casi todo: en realidad, no explican nada. Son una especie de quinta rueda que, en vez de facilitar, complica la marcha del pensamiento y agrega a los libros una dimensión inútil, de tal modo que el lector acaba preguntándose con cierta impaciencia para qué lo habrán hecho trabajar tanto y que no valía la pena el esfuerzo" (Alone. "Crónica literaria", El Mercurio, 14 de julio, 1968).
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