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El negocio de la fotografía en el siglo XIX

La llegada de la fotografía a Chile, hacia la segunda mitad del siglo XIX, de la mano de fotógrafos extranjeros que decidieron establecerse en Chile y abrir estudios fotográficos, impulsó una nueva área de comercio que, posteriormente, continuó con sus aprendices o descendientes, quienes formaron sus propios negocios.

Entre los primeros fotógrafos extranjeros que se establecieron en el país, se hallan Philogone Daviette, William Helsby (1828-), Robert H. Vance (1825-1976) y su socio Hoytt, quienes trabajaron como daguerrotipistas, ofreciendo retratos fotográficos.

Desde la llegada de la fotografía, la sociedad chilena manifestó un gran interés por el retrato, el que cumplía diferentes funciones, principalmente asociadas al estatus social. Aprovechando este interés, los fotógrafos arguyeron a favor de la nueva técnica del daguerrotipo por su precisión y velocidad -en contraste con la pintura o el dibujo- puesto que permitía "retratar con una perfección que nunca podrán igualar los mejores artistas; pues los mismos caprichos de la naturaleza están reproducidos con la más rigurosa exactitud" ("Interesante. Retratos fotográficos calle de Chacabuco N° 42". El Progreso. Número 289, 24 octubre 1843, p. 3).

La prensa periódica, en este sentido, fue una plataforma que los fotógrafos utilizaron para promocionar las virtudes de la captura fotográfica y la progresiva diversidad de servicios que ofrecieron con el rápido desarrollo tecnológico.

Ya en la década de 1850 era común que los establecimientos ofrecieran paralelamente los servicios del daguerrotipo y la fotografía en papel, la que fue introducida en el mercado chileno en abril de 1851 por Boehme y Adolfo Alexander. Estas primeras fotografías en papel se obtenían por medio de la técnica de la calotipia, procedimiento por el que se podían obtener varias copias positivas de la imagen de manera más económica que con el daguerrotipo, aunque no igualaba el nivel de detalle de su imagen (Morales Alliende, María del Pilar. Los años heroicos de la fotografía en Chile 1840-1880. Memoria para optar al grado de Licenciado en Historia. Pontificia Universidad Católica de Chile, 1992, p. 76).

Unos años más tarde, en 1854, Victor Deroche (1824-1886) instaló el primer establecimiento dedicado exclusivamente a la fotografía sobre papel. Hacia 1860, el nuevo sistema ya se había expandido a la mayor parte de los estudios.

En sus inicios, los retratos fotográficos en papel eran entregados sobre un soporte en el que se incluían pequeñas decoraciones hacia los bordes de la imagen y, en letras pequeñas, la información del estudio. Posteriormente, las casas fotográficas aprovecharon este soporte para incluir, además, el nombre del estudio con una tipografía llamativa bajo la imagen y, al reverso, el sello del establecimiento. Estas estrategias funcionaron, al mismo tiempo, como gesto de sofisticación y como otro modo de publicidad, pues era común que los retratos fueran enviados por correo o exhibidos en álbumes en los hogares, lo que permitía divulgar el sello fotográfico y sus servicios.

Hacia fines del siglo XIX, además de las imágenes, algunos estudios comenzaron a comercializar productos asociados a la fotografía. Así, en 1886, se inauguró el primer establecimiento dedicado a la importación de artículos fotográficos en Chile, la Casa Hans Frey. En 1910, luego de trabajar para Félix Leblanc, Odber Heffer (1860-1945) creó su propio estudio fotográfico en Santiago, en donde además vendió artículos como cámaras, papeles fotográficos y películas.