Subir

La polémica del Romanticismo en El Semanario de Santiago

Tras las guerras por la Independencia, las repúblicas americanas se vieron envueltas en un proceso de reorganización política, económica y cultural para el cual era necesaria la formación de una conciencia nacional. A partir de esta necesidad general, diferentes periódicos y publicaciones de la primera parte del siglo XIX dieron tribuna a una serie de disputas en torno a la lengua y la literatura, como la "controversia filológica" o la llamada polémica del Romanticismo, en las que se discutió sobre los modelos europeos heredados y la posibilidad de crear modelos alternativos, propios de los pueblos americanos.

La polémica del Romanticismo, en ese sentido, que se suscitó entre intelectuales argentinos, uruguayos y chilenos, se extendió entre las décadas de 1830 y 1860, pero tuvo en Chile su punto más álgido durante el año 1842 en las páginas de la Revista de Valparaíso, La Gaceta de Comercio, El Mercurio de Valparaíso y El Semanario de Santiago, entre los argentinos Vicente Fidel López (1815-1903) y Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) y los chilenos Salvador Sanfuentes (1817-1860) y José Joaquín Vallejo (Jotabeche) (1811-1858) (Pas, Hernán. El romanticismo en la prensa periódica rioplatense y chilena: Ensayos, críticas, polémicas (1828-1864). 1ª ed. La Plata: Universidad Nacional de La Plata, 2013).

Probablemente, el Discurso de incorporación a la Sociedad Literaria del 3 de mayo de 1842 de José Victorino Lastarria fue el primer antecedente en Chile de esta polémica. En este discurso -que aborda el problema de encontrar una expresión que pueda dar cuenta de la nueva realidad americana y, de manera más específica, de una realidad nacional- Lastarria enfrentó las posiciones de "algunos americanos" que proponían la necesidad de "formarnos otra lengua que nos sea más propia" y defendió el uso del castellano como una lengua capaz de "significar con ventaja" las necesidades y sentimientos de las naciones americanas (Discurso de incorporación de D. J. Victorino Lastarria. Valparaíso: Imprenta de M. Rivadeneyra, 1842, p. 11).

El discurso de Lastarria generó inmediatas reacciones, especialmente en Vicente Fidel López, exiliado en Chile entre 1840 y 1853, quien junto a otros escritores argentinos habían propuesto en 1837, en el Salón literario de Marcos Sastre en Buenos Aires, la necesidad de una literatura "original". La réplica de López, publicada en La Gaceta de Comercio el 18 de junio de 1842 fue, por su parte, criticada por Salvador Sanfuentes el 21 de julio en El Semanario, desencadenándose un intercambio de textos entre intelectuales chilenos y argentinos.

Sanfuentes, retomando la postura moderada de Lastarria, demostró su malestar respecto del uso desmedido del término "romántico" así como de "los desbarros a que ha conducido a los autores el prurito de ser románticos y originales" ("Romanticismo". El Semanario de Santiago, número 2, 21 de julio, 1842).

Esta polémica, que fue recogida por Norberto Pinilla en su libro La polémica del romanticismo en 1842, llevó a la intervención de otros intelectuales como el escritor copiapino Jotabeche, quien publicó en El Mercurio de Valparaíso un artículo cargado de ironía: "Carta de Jotabeche a un amigo en Santiago".

En un tono distinto al artículo de Jotabeche, la réplica más furiosa de toda la polémica fue la del argentino Domingo Faustino Sarmiento, quien ocupando la plataforma de El Mercurio de Valparaíso, y a través de 9 artículos, trató a los editores de El Semanario con violencia y burla. Al respecto, sobre los artículos publicados en el periódico vinculado a la Sociedad Literaria concluyó: "Esto es lo más groseramente estúpido que se ha escrito jamás" (citado en Pinilla, Norberto. La polémica del romanticismo en 1842. Buenos Aires: Americalee, 1943, p. 102).

A principios de agosto de 1842, y luego de más de una veintena de artículos, la polémica del romanticismo -que, en términos generales, refería a la influencia del liberalismo político y al socialismo utópico francés en las letras americanas- menguó en Chile, dejando una percepción difusa en relación con posibles vencedores o acuerdos teóricos al respecto.