Los Trasplantados (1904)
Alberto Blest Gana es una de las grandes figuras de las letras nacionales. Fue alumno del Instituto Nacional y de la Escuela Militar. Al recibir sus "despachos" como subteniente viajó a París a concluir su educación. En este período conoció la escritura de Balzac, que, según el propio autor, cambiaría su creación literaria definitivamente. En una carta dirigida a Benjamín Vicuña Mackenna, fechada en 1864, expresó: "Desde un día en que leyendo a Balzac hice un acto de fe en mi chimenea, condenando a las llamas las impresiones rimadas de mi adolescencia, juré ser novelista y abandonar el campo literario si las fuerzas no me alcanzaban para hacer algo que no fuesen triviales y pasajeras composiciones".
Los Trasplantados, publicada en dos volúmenes, el año 1904 en la ciudad de París, es una de sus novelas más destacadas. La extensa permanencia de Blest Gana en París, le permitió conocer la cultura francesa y una gran variedad de tipos humanos, fijando su atención en "los Trasplantados" -personas llegadas desde América- que poco a poco iban acostumbrándose al lujo y a la vida social intensa del entorno, olvidándose por completo de su tierra de origen.
Esta novela analiza el comportamiento de los chilenos radicados en París, como era costumbre en aquella época, evidenciando, críticamente, la tensión entre la vanidad de acceder en la escala social a través del dinero y el linaje, y la constante añoranza a su tierra natal. Cada uno de estos tópicos están representados en los personajes de la historia. Es la "educación de los hijos en Europa" la que produce al trasplantado, el que a su vez convierte en trasplantados a sus padres: "Nuestro hijos, criados aquí con seres de otra clase, no pueden tener las aspiraciones de su origen, sino las de la sociedad en que viven. Los hemos trasplantado a este mundo, y aquí echan raíces y se aclimatan de tal suerte que ya no podrían comprender ni practicar con fruto alguno las ideas y el modo de ser del suelo natal". Para los hijos, en cambio, el magnetismo y atracción de la ciudad luz, les ha hecho restarle importancia al país de donde procedían. Paulatinamente se van acostumbrando a la vida parisina, hasta el extremo de pagar cualquier precio por lograr una holgada situación dentro del ambiente glamoroso de esa capital.
En boca de uno de sus personajes, Blest Gana, sintetiza su visión de este decadente proceso: "Nosotros los trasplantados de Hispanomérica no tenemos otra función en este organismo de la vida parisina que la de gastar plata... y divertirnos, si podemos. Somos los seres sin patria. Hemos salido de nuestro país demasiado jóvenes para amarlo y nos hemos criado en éste como extranjeros, sin penetrarlo. Somos la espuma de esta gran corriente que se ilumina con el brillo de la fiesta parisiense y se va desvanaciendo como los globulillos de esa espuma, sin dejar rastro de su paso. Los trasplantados suceden a los trasplantados, sin formar parte de la vida francesa en su labor de progreso, sin asociarse a ella más que en su disipación y en sus fiestas".