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Mapuche

El pueblo Mapuche, constituyen uno de los pueblos originarios más numerosos que sobreviven en la actualidad con una población cercana al medio millón de individuos que conservan su lengua mapudungun, su música y gran parte de su cultura.

Margot Loyola explica que una de las características de la música mapuche es el uso del microtono. El mapuche es un improvisador absoluto y posee canción para cada acto de su vida, algunas son privativas del hombre, algunas son cantadas a capella y otras son acompañadas de instrumentos como las canciones de Machi que se acompañan con kultrún y kaskawilla.

En cambio las canciones de amor son cantadas tanto por hombres como por mujeres y sin acompañamiento instrumental. Margot Loyola interpreta una hermosa canción de amor que le enseñó José Hinalaf llamada "Chun Tulú", su traducción libre es "¿Qué pasó?": "Pasaron los años, pasaron los meses y no volvió ... y estoy llorando, porque los mapuches también lloramos por amor".

Según la cosmovisión mapuche wenumapu es el cielo y en él viven los dioses. En el wenumapu se realizan las mismas acciones que en la mapu o tierra realizan los hombres. Allí vive Ngnechen el creador, dueño o tutor de los hombres, y Minchemapu, que representa el mal, las profundidades. Además existe el Chau o Antu que es llamado también Antu fucha (anciano rey sol) y en su dimensión femenina es el Antu kuche (anciana reina luna).

Uno de los juegos tradicionales mapuches es la chueca, se juega con mazas corvas de madera y con bolas de madera o de piedra. Los jugadores se ubican en una cancha, que antiguamente solía tener hasta dos cuadras de largo. Se organizan en dos bandos, compuestos cada uno hasta de veinte hombres que luchan en la cancha, golpeando la bola con las mazas para llevarla al campo enemigo. Antiguamente los mapuches manifestaban gran entusiasmo por este juego, haciéndolo durar, a veces, por varios días, con gran concurrencia de hombres, mujeres y niños.

Dentro de las costumbres que aún se conservan entre los mapuches están: El Machitún, ceremonia en la que se realiza para la curación de las enfermedades. La ejecuta la Machi que, en la actualidad casi siempre es mujer. Ella recibe a través de sueños las enseñanzas ancestrales y el poder de influir sobre la naturaleza de las enfermedades y otros fenómenos naturales.

El Nquillatún es una ceremonia en la cual se congregan varias comunidades con el objeto de obtener buenas cosechas, o bien para ahuyentar calamidades como sismos, mal tiempo, erupciones volcánicas, etc. También se realiza para evitar y curar epidemias y enfermedades. En esta ceremonia se realiza el sacrificio de un animal criado especialmente para este efecto. Se enciende un fuego sagrado, se planta un rehue (árbol sagrado) y se baila y canta en torno a él. Según la importancia de lo que se pide, el Nguillatún dura de uno a más días. Estas rogativas van acompañadas con bailes, comida y gran abundancia de chicha.

Otra tradición que se conserva en la zona mapuche es la Minga o trabajo en comunidad sin remuneración monetaria, sólo con la obligación de devolver el trabajo con trabajo. Está amenizada con fiesta y comida en abundancia. Existe la Minga de papas que se realiza durante la cosecha; asiste un grupo de gente a trabajarle a un vecino, luego este vecino debe trabajar en igual forma a cada uno de los vecinos que le ayudó en su chacra. También hay Minga de techadura, de cambio de casa, etc.

Don Silvestre Bahamondes, Lonco Huilliche de Mocopulli, enseñó a Margot Loyola en 1963 que el Medán, similar a la Minga, puede ser "... Medán de chicha, de papas, de ovejas si una persona necesita ovejas. Se hace una fiesta con comida, baile y trago. Los asistentes deben pagar la fiesta llevando lo que al agricultor le falta. Uno o dos chiguas de papas, si el Medán es de papa. Si es de chicha de 10 lts. arriba..."

El lloco según don Silvestre consiste en "...carnear un chancho. Se prepara chicharrones, milcao, sopaipillas, roscas, carne. Para aprovechar la manteca. Se invita a familiares y vecinos, se les sirve todo esto generalmente a la hora del té. Luego se reparte lo restante del chancho entre todos, se los llevan en canastos, fuentes, paños. La dueña de casa se queda sólo con la manteca. Esto se hace rotativamente en los campos, lo hacen además con fiesta. Los huilliches dicen a esto 'vamos al baile del reitimiento'".