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Observación arquitectónica

El planteamiento teórico sobre la arquitectura de Alberto Cruz Covarrubias tuvo antecedentes en las reflexiones que realizó con sus estudiantes en el Taller de Composición en la Facultad de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y durante el proceso de fundación del Instituto de Arquitectura en Valparaíso, que sirvió como una especie de laboratorio de investigación de carácter teórico, centrado en la relación entre arquitectura, poesía y oficios (Cruz Covarrubias, Alberto. Currículum Vitae (manuscrito). Archivo Alberto Cruz Covarrubias, serie Correspondencia, 3.94, 1989).

El Plan de Estudios de la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), que Cruz contribuyó a fundar, propuso establecer una coherencia pedagógica entre los planteamientos del Instituto y la búsqueda de una postura arquitectónica original, de la cual derivó un método de estudio basado en la observación del entorno, el cróquis y el texto como primer acercamiento conceptual del acto arquitectónico, hasta dar como resultado la obra en su contexto material.

Este tipo de observación se entendió como una "mirada interpretativa acerca de un hecho arquitectónico que incluye la relación del cuerpo humano con el espacio natural o construido. Tal dimensión interpretativa puede vincularse a posiciones fenomenológicas, aunque su objetivo final no es descriptivo sino constructivo. Aparece así en la observación una dimensión que es a la vez comprensiva y proyectiva" (Pérez Oyarzun, Fernando. "Alberto Cruz. Pensar, dibujar, observar". En Fundación Alberto Cruz (ed.). Alberto Cruz. El cuerpo del arquitecto no es el de un solo hombre. Santiago: Ediciones ARQ, 2017, p. 38).

Para Cruz Covarrubias, la "observación" era el "modo de ubicarnos en la realidad. A través de lo inmediato del entorno, del ámbito que nos envuelve. En la observación el ubicarse cobra cuerpo mediante el dibujo y la escritura. (…) Dado que la observación ubica iniciando el obrar, no separando el ubicarse y el construir sino reuniéndolos como la realidad del presente que acoge al pasado -la ubicación- y que se apresta al futuro -el obrar-" (Cruz Covarrubias, Alberto. El acto arquitectónico. Valparaíso: Ediciones e[ad], Escuela de Arquitectura y Diseño PUCV, 2005, p. 29-30).

La práctica de la observación llevó a los estudiantes de arquitectura a salir de las aulas para descubrir, con una nueva mirada, la configuración de la ciudad, sus calles, transeúntes y edificios.

La realización de croquis y textos por medio de la observación directa, o el "salir a croquiar", era hasta ese entonces casi desconocida, pues predominaban -al menos hasta los primeros años de la década de 1950- los cánones de la Escuela de Bellas Artes en la enseñanza de la arquitectura, que daba más importancia a conceptos como la simetría y la jerarquía de los espacios, el estilo historicista -entendido como la recuperación y adaptación de estilos arquitectónicos del pasado- y la complejidad en los detalles arquitectónicos.

Debido a su innovación en el contexto chileno, esta práctica de observación propuesta por Cruz se difundió a otras escuelas de arquitectura y trascendió las fronteras de Valparaíso, impactando directamente en la enseñanza de la arquitectura en el país.

En sus manuscritos y notas de clases, Alberto Cruz Covarrubias ubicó el concepto de observación en la relación entre poesía, práctica de los oficios y arquitectura, disciplinas en las que la conceptualización del espacio era relevante al momento de proyectar figuras.

De manera similar, Cruz estableció un vínculo entre la idea de observación y su noción del "habitar" -entendida como la expresión de los sujetos en el territorio y el entorno- y la idea de "ronda" -como el ejercicio colectivo o quehacer compartido entre individuos con objetivos en común-. En este sentido, la observación se lleva a cabo en diversas situaciones o instancias, como en la construcción de obras, los actos poéticos y las dinámicas en la sala de clases, entre otros; la "extensión que da cabida", como la construcción de espacios en que los sujetos comparten actividades, "actos"; y el "ha-lugar", definido como la propuesta de lugar para realizar un acto, una construcción, un signo, materializado en los "actos poéticos" que realizaron los miembros de las travesías o viajes en que participaron docentes y estudiantes en diferentes partes de Chile y de Sudamérica (Cruz Covarrubias, Alberto. Planteamiento arquitectónico (manuscrito). Archivo Alberto Cruz Covarrubias, serie Escritos Continuos, C.A.D. 1, 1995).

La concreción material de estos planteamientos teóricos fue realizada por Cruz Covarrubias en la construcción de la Ciudad Abierta de Amereida, en la localidad de Ritoque, donde docentes y estudiantes llevaron a cabo diversos actos relacionados con su teoría arquitectónica.