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Casa de Moneda

La construcción de una Casa de Moneda fue una de las principales aspiraciones de la elite criolla durante el siglo XVIII, puesto que permitiría adquirir autonomía frente a la economía peruana, evitando la fuga de circulante hacia ese país. En 1780, los anhelos de los comerciantes santiaguinos se hicieron realidad, al aprobarse los fondos para la construcción de un edificio que la albergara.

La construcción fue confiada al recién llegado Joaquín Toesca, quien trabajó en ella hasta 1799, fecha de su muerte. La obra fue concluida por su discípulo Agustín Caballero, de acuerdo a los planos dejados por el arquitecto romano.

El edificio de la Casa de Moneda funcionó como tal hasta 1847, cuando pasó a ser palacio de Gobierno, función que cumple hasta hoy día.