El historiador Rolando Mellafe hablaba del "acontecer infausto" en la historia de Chile, donde los terremotos tenían un rol central. En el año del Bicentenario, específicamente el 27 de febrero de 2010, a las 3:34 de la madrugada, una fuerte actividad sísmica sacudió nuevamente a nuestro país. Cobquecura fue el epicentro del terremoto y posterior maremoto que azotó a la zona central y sur de Chile, con una intensidad de 8,8 grados en la escala de Richter. Su origen estuvo en un desplazamiento de la placa de Nazca bajo la placa Sudamericana. Según el diario La Tercera del día 28 de febrero de 2010, el 95% de las viviendas de Cobquecura fueron destrozadas pero, increíblemente, no hubo fallecidos. Su población se refugió en el cerro Calvario durante el tsunami.

Por su parte, en Chanco, murieron 41 personas y la famosa Iglesia de la Candelaria se derrumbó, mientras que la Zona Típica de esta localidad fue seriamente afectada. El maremoto también afectó a Curanipe, falleciendo dos personas y destruyendo la parte baja del pueblo, incluyendo la municipalidad, el consultorio y algunos puentes. En la comuna de Pelluhue, en tanto, los daños fueron similares, con ocho muertos a causa del terremoto y tsunami. En Cauquenes, gran parte de las viviendas patrimoniales, de adobe y teja, quedaron destruidas. Quince fueron las personas que murieron en aquella ciudad. Por último, Constitución, la ciudad mas importante de la costa sur del Maule, fue también una de las zonas mas golpeada por el desastre natural. Las olas del tsunami entraron por el río Maule y por el Océano Pacífico. Mas de cien personas murieron y centenares desaparecieron. La ciudad fue completamente arrasada y fue necesario establecer un plan público para su reconstrucción.