Considerado como el "padre del documental latinoamericano", el sacerdote jesuita Rafael Sánchez tiene su lugar en la historia del cine chileno por múltiples motivos. Fue el fundador del emblemático Instituto Fílmico de la Universidad Católica de Chile (1955), desde donde realizó sus películas y formó a cineastas documentales como Patricio Guzmán. Además de ello escribió el libro El montaje cinematográfico: arte en movimiento (1970), un trabajo sobre la técnica del montaje de amplia influencia internacional, y filmó una cinta de ficción titulada El cuerpo y la sangre, una de las películas fundamentales del llamado Nuevo Cine Chileno, que además cuenta con música creada por el compositor franco-chileno Juan Lemann.