A comienzos del siglo XXI varias novelas han desarrollado el tema de los adolescentes en formación, rayando muchos de ellos -más bien- en la deformación. Entre estas obras, podemos citar: Verano Robado (2006) de María José Viera Gallo, Puro Hueso (2007) de Roberto Fuentes y Pendejo de Gonzalo León. En el 2008 Leo Marcazzolo publicó Papá y mamá y Óscar Bustamante El jugador de rugby. En esta última, Antonio es un adolescente que ingresa a a un colegio inglés luego de que sus padres decidieran viajar por Europa. Antonio escucha a un compañero de curso proferir lo siguiente: "Ya ser joven es un calvario, más aún aquí, habrá que resistir" (p. 22). Tal calvario es similar al que vive el protagonista de Pendejo a lo largo de la novela, lo que da cuenta, según José Promis de una "narrativa antiépica" ("Bueno el cilantro", p. 24).

Tanto en Puro hueso como en Papá y mamá se evidencian rasgos de la novela de formación: por un lado, lo autobiográfico y, por otro, la ingenuidad de personajes en proceso de crecimiento, admirándose y aprendiendo de lo que el mundo les depara.