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Influencias de la reforma universitaria en Chile

La reforma universitaria fue una demanda del movimiento estudiantil en América Latina desde que los estudiantes de la Universidad de Córdoba lanzaron el 21 de junio de 1918 el manifiesto denominado "Grito de Córdoba", por el que llamaban a cambiar el régimen universitario.

Uno de los planteamientos más novedosos del manifiesto de los estudiantes cordobeses fue el referido a la soberanía universitaria, que reclamaba un gobierno universitario "estrictamente democrático", es decir, que entendía la soberanía -o "el derecho a darse el gobierno propio"- como una potestad que radicaba "principalmente en los estudiantes" ("Manifiesto de Córdoba". Reproducido de Federación Universitaria de Buenos Aires. La Reforma Universitaria. Buenos Aires, 1959, p. 23-27).

Aunque esta acción de los estudiantes argentinos no tuvo una repercusión inmediata en el movimiento estudiantil chileno, en las siguientes décadas, principalmente entre 1930 y 1960, los centros de estudiantes universitarios, enter ellos la FECH, desarrollaron gestiones para solucionar los problemas internos de la universidad y, sobre todo, para lograr la autonomía financiera e institucional, así como la reforma de los programas de enseñanza.

La autonomía financiera e institucional se materializó en la Universidad de Chile durante el gobierno de Juan Esteban Montero (1879-1948) y comenzó "a ser instaurada de manera paulatina en todas las universidades estatales del país. En los años venideros las demandas estudiantiles se centrarían en mejorar el modelo autónomo requerido por los estudiantes hasta el año 1944, cuando al conseguir sus demandas entran en un periodo de ostracismo que no se romperá sino hasta el año 1957, cuando salen a la calle nuevamente a protestar en contra de las alzas monetarias instauradas por el segundo gobierno de Carlos Ibáñez del Campo" (Zepeda Majmud, Rocío. "El movimiento estudiantil chileno: desde las calles al Congreso Nacional". Revista de Sociología de la Educación-RASE. Volumen 7, número 3, p. 690).

Durante 1944, por ejemplo, estas demandas fueron nuevamente expresadas por el movimiento de profesores y estudiantes del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. En el volante "Proyecto de Programa del Movimiento Pro-Reforma Universitaria", los estudiantes expresaron un conjunto de demandas para generar las condiciones de la reforma. Entre estas: el cambio del reglamento del instituto y del plan de estudios de las diferentes carreras de pedagogía; una nueva orientación pedagógica, entendida la enseñanza como "un real acto de cultura"; mayor libertad docente, entre otras demandas ("Proyecto de Programa del Movimiento Pro-Reforma Universitaria". En Carta a Guillermo Feliú Cruz. Santiago, 12 de junio de 1944).

Las transformaciones acontecidas en la década de 1960 y los movimientos estudiantiles ocurridos en diversas universidades de Europa y América también tuvieron impacto en el estudiantado universitario chileno.

En los Estados Unidos, la crítica de los estudiantes al sistema universitario se ubicó en el contexto del movimiento por los derechos civiles que luchaban contra la segregación racial de la población negra (Huneeus, Carlos. La reforma universitaria: veinte años después. Santiago: CPU, 1988, p. 17).

En Alemania Federal la protesta estudiantil no estuvo dirigida a reformar la universidad sino la sociedad en su conjunto, el sistema capitalista y los partidos políticos. Los estudiantes buscaron impulsar una confrontación con el orden establecido para provocar una revolución. No obstante, la radicalización de algunos líderes, el empleo de métodos violentos de algunos activistas y de la policía terminó por apartar a los dirigentes de la gran mayoría de los jóvenes, lo cual desintegró el movimiento (Huneeus, p. 18)

En Francia, inicialmente, los estudiantes se manifestaron por reformar la universidad, aunque esta demanda les llevó a plantear un rechazo a la sociedad en su conjunto. El conflicto conocido como "mayo del 68", se trasladó a las calles de París donde miles de jóvenes marcharon con las banderas negras del anarquismo, fotos del che Guevara y consignas como "la imaginación al poder" o "seamos realistas, pidamos lo imposible" (Huneeus, p. 18-19).