Boy Scouts
Constituida en 1909, a consecuencia de la visita de Robert Baden-Powell, la Asociación de Boy Scouts chilena contó en el apoyo de destacados intelectuales y políticos pertenecientes a la masonería. Su propósito era desarrollar en los niños valores que se consideraban amenazados, como la fortaleza del carácter y el patriotismo. A poco de fundarse, se constituyeron agrupaciones de niñas (girl guides), las que desarrollaban actividades diferenciadas. La Iglesia se mostró recelosa de su influencia y éxito y comenzó a organizar agrupaciones similares en colegios católicos. En 1925 el gobierno de Arturo Alessandri Palma apoyó en forma decisiva el movimiento scout, otorgando a la Asociación el rango de "Institución Nacional".
Transformada en una de las más importantes organizaciones de niños y jóvenes, a partir de los años cuarenta, comenzó a recibir financiamiento estatal de forma regular. A mediados de esa década se constituyó una Federación de Scouts Católicos y en la década siguiente se independizó la Asociación de Girl Guides.
Por influencia del movimiento scoutivo internacional, se inició en 1972 un proceso de unificación entre las diversas organizaciones scout católicas y laicas, de niñas y niños, que culminó en 1978 con la creación de la Asociación de Guías y Scouts de Chile, aunque años después, grupos disidentes volvieron a separarse y crear su propia organización.