Si no la encarnación del Anticristo, Juan Rafael Allende fue considerado por sus contemporáneos como el Voltaire chileno. De familia católica y formación clásica, se burló hasta la exaltación de todo lo que representó algún tipo de autoridad e influencia en la sociedad de su época, como la Iglesia, el Estado y los políticos. Después de la Guerra Civil de 1891 vivió difíciles momentos; y el sufrimiento no lo abandonó hasta el final de sus días.