Osmán Pérez Freire ha sido uno de los músicos chilenos más reconocidos en el extranjero a lo largo de la historia, lo que en parte se debió a sus largas estadías fuera de Chile. Nacido en 1880, a los 11 años emigró con su familia a Argentina, residiendo primero en Mendoza y luego en Buenos Aires. Fue allí donde empezó sus estudios musicales incentivado por su madre Mercedes Freire, quien le enseñó los primeros secretos del piano. Sin embargo, a los 12 años debió abandonar los estudios sistemáticos de dicho instrumento debido a una enfermedad. Fue así como derivó su inquietud musical a la composición, labor que realizó tanto en Argentina como en Europa. Gracias a ello, canciones como "Ay ay ay", "Copihues rojos", "Río río" o "Decime si me querís" son hoy parte del inventario de la música tradicional chilena.

En su obra incorporó música tradicional chilena, latinoamericana y ritmos en boga como el fox trot, dando a luz una interesante e innovadora música para aquel entonces.

Además, solía presentarse acompañado en el piano por su esposa, María Adela de Lara, y en voces por sus dos hijas, Mercedes y Lily, quienes desarrollarían posteriormente una interesante carrera musical.

Entre sus reconocimientos se cuenta el haber sido presidente por 9 años de la Asociación de Compositores Argentinos de Música. Asimismo, obtuvo el Gran Premio de Música en la Exposición Universal de Sevilla en 1929, donde asistió como representante cultural del gobierno de Chile. También en España, fue elegido miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, y condecorado por el rey Alfonso XIII, en 1930, con la Gran Cruz de Alfonso XII.

Ese mismo año, el 2 de abril, falleció, dejando un legado que hasta hoy es considerado como de los más valiosos en el desarrollo de la cultura chilena.