Conoce los nuevos minisitios: empresarios del siglo XIX y publicaciones de las vanguardias chilenas
Ya está disponible la última actualización de 2022 en Memoria Chilena: una versión renovada del minisitio dedicado a la emergencia de la elite empresarial en el siglo XIX y una investigación nueva que reúne diversas publicaciones de vanguardia chilena.
19 de diciembre de 2022
Memoria Chilena cierra su año de programación con la publicación de dos minisitios: Empresarios del siglo XIX (1820-1890) y Revistas y publicaciones de las vanguardias chilenas (1920-1938).
Empresarios del siglo XIX (1820-1890)
Memoria Chilena continúa desarrollando un eje temático que comenzó en noviembre, con Comercio y finanzas en Valparaíso (1544-1929) y que este mes continúa con Empresarios del siglo XIX (1820-1890). Esta es una actualización de un minisitio que fue publicado en septiembre del año 2012 en Memoria Chilena: en esta nueva versión se suman cápsulas que ponen en contexto los principales objetos digitales y se editó el texto de presentación para abordar el tema central en mayor profundidad. Además, se incorporan objetos digitales que ya formaban parte de otros minisitios y cápsulas.
El minisitio examina la inserción de Chile al sistema capitalista desde la década del 1830. Con ello, emergió en el país un nuevo grupo social que se convirtió en una elite empresaria. Estos empresarios tuvieron su base en las familias criollas tradicionales que lucharon por la independencia y luego desarrollaron sus fortunas a partir de la implementación del libre mercado y del proteccionismo económico del período entre 1830 y 1860. Dentro de las digitalizaciones destacadas de esta cápsula está el capítulo "El surgimiento de una nueva élite empresarial en Chile : 1830-80", escrito por Ricardo Nazer Ahumada y publicado en el año 2000.
Los nuevos empresarios basaron su poder económico en la inversión de capitales, la extracción de materias primas, las finanzas y, en menor medida, el desarrollo de manufacturas de carácter industrial. Una cápsula aborda las distintas áreas comerciales y productivas en que se desarrollaron: agro-ganadería, industria alimenticia, minería, comercio de importación y exportación, finanzas y especulación, inversión de capitales e industrias manufactureras. En particular respecto de la sobre la minería, se presentan digitalizaciones como los libros La industria del cobre en las provincias de Atacama y Coquimbo y los depósitos carboníferos de Lota y Coronel (1884) y Los capitales salitreros de Tarapacá (1889). Respecto del comercio, está disponible el artículo Alto comercio de Valparaíso y las grandes casas extranjeras, 1880-1930: una aproximación (2000).
En la segunda mitad del siglo XIX, impulsados por las necesidades mineras y bélicas, surgió un empresariado industrial. La transición desde una economía tradicional de carácter colonial hasta una moderna se hizo según referencias extranjeras y apoyados por empresarios y financistas del exterior. La principal referencia fue Gran Bretaña y su exitoso modelo industrializador. La inversión se trasladó desde la agricultura, la minería y el comercio, hacia los establecimientos fabriles en las principales ciudades del país. Esenciales para esta cápsula son las digitalizaciones de los tres cuadernos La industria nacional: 1889-1890: estudios i descripciones de algunas fábricas de Chile publicadas en el Boletín de la Sociedad de Fomento Febril; el documento La industria fabril en Chile: estudio sobre el fomento de la industria nacional presentado al Ministerio de Hacienda (1880); el Boletín de la estadística industrial de la República de Chile (1895-1897), los libros Industrias santiaguinas: industrias y manufacturas nacionales: primera serie (1896), de Mariano Martínez, y Chile: breves noticias de sus industrias (1920), editada por la Sociedad de Fomento Fabril.
La nueva investigación también sumó algunos perfiles biográficos que permiten resaltar la evolución del empresariado chileno. Así, se pueden encontrar ahora cápsulas dedicadas a Matías Cousiño Jorquera (1810-1863), quien se dedicó a la extracción y exportación de carbón mineral, fue especulador financiero e inversor en proyectos de infraestructura; José Tomás Urmeneta y García-Abello (1808-1878), empresario dedicado a los negocios mineros e inversiones; y José Tomás Ramos Font (1803-1891), quien se inició en el comercio de importaciones y luego creó su propia casa comercial para exportar e importar.
Revistas y publicaciones de las vanguardias chilenas (1920-1938)
Memoria Chilena completa un conjunto de minisitios sobre publicaciones que vinculan arte y literatura -de las que antes se publicó Numen y Multitud- con esta última investigación que reúne varias revistas y publicaciones de las vanguardias chilenas que fueron publicadas entre 1920 y 1938.
En 2022 se cumplen cien años de dos hitos para la vanguardia chilena: la publicación del manifiesto "Rosa Náutica" y el "Manifiesto de los nuevos poetas", dados a conocer en la ciudad de Valparaíso. Desgraciadamente, esos manifiestos fueron editados en hojas literarias, que por su caracter efímero y no quedaron guardados dentro de las colecciones de la Biblioteca Nacional. Esta ausencia pone en relieve la necesidad de digitalizar este tipo de publicaciones, de manera de poder conservar los originales y dar a conocer archivos digitales que respeten su legibilidad e integridad precaria.
Para esta nueva investigación fueron digitalizadas las colecciones completas de 8 revistas y periódicos editados en Santiago y Valparaíso. Estas publicaciones representaron proyectos inéditos en Chile, al acoger nuevas estéticas e ideologías y promover en sus páginas la novedad, la modernidad y el arte moderno, en vinculación con la bohemia, la universidad o las luchas sociales.
La publicación de más antigua data que fue digitalizada es"Primer Manifiesto Agú" (1920), texto publicado en el sexto número de Claridad por Alberto Rojas Jiménez y Martín Bunster, usando los seudónimos Zain Guimel y Juan Martín. Ellos publicaron cuatro poemas, entre los que se cuentan el manifiesto, en donde se proponía una creación literaria alejada de la racionalidad de la escritura convencional y las literaturas de tono romántico o realista.
También en revista Claridad, en 1921, se publicaron los manifiestos de los grupos universitarios Lux y Spartacus. En ese espacio, los estudiantes impulsaron sus ideas de transformación social revolucionaria en vinculación con las luchas sociales, las artes y la literatura.
En 1924, Neftalí Agrella junto a Pablo Garrido publicaron en Valparaíso el periódico Nguillatun, con el propósito de estudiar "todas las manifestaciones de arte aborigen" y las "corrientes precursoras" de las vanguardias históricas. Solo alcanzó un número. Al año siguiente, el grupo Ariel -conformado por Rosamel del Valle, Fenelón Arce, Homero Arce, Gerardo Moraga Bustamante y Juan Florit- escribió un manifiesto en miras de una urgente renovación cultural que fue difundido en tranvías y en murallas del centro de Santiago. Unos meses más tarde reprodujeron el texto en el primer número de la revista Ariel.
En Valparaíso, el grupo Litoral publicó la revista homónima que alcanzó tres números entre 1927 y 1928. En su "Declaración de principios", hizo un llamado al "artista moderno" con valores como la espontaneidad, la impulsividad y el dinamismo. La publicación otorgó un espacio preponderante a grabados, viñetas y dibujos, de artistas como Carlos Hermosilla Álvarez, Lautaro Alvial o Germán Baltra.
En 1928, el grupo runrunista publicó el "Cartel Runrúnico", pliego de grandes dimensiones compuesto de seis columnas que le dio visibilidad al grupo y sus integrantes. Este grupo es considerado como un antecedente relevante para la consolidación de las vanguardias chilenas por su cuestionamiento al lenguaje, su "naturaleza poética" y los procedimientos entendido como específicamente literarios.
Entre 1929 y 1931,Oreste Plath dirigió la revista Gong en Valparaíso. En una cápsula del minisitio se examina la relación de la revista cultural con la poesía peruana del período. También en ese mismo período se publicaron las revistas Mástil (fundada en 1929) y Minarete (1930), dos publicaciones que funcionaron como espacio de recomposición de organizaciones políticas y estudiantiles tras la etapa de despolitización que siguió la disolución de la Federación de Estudiantes de Chile en 1926. Las revista también sirvieron de tribuna de una cultura literaria en formación.
En España, Pablo Neruda dirigió la revista Caballo verde para la poesía (1925-1926), publicación que fue uno de los hitos de su estadía como cónsul en Madrid. En Memoria Chilena está digitalizada solo el primer número, único ejemplar que conserva la Biblioteca Nacional.
En 1937, la Alianza de Intelectuales para la Defensa de la Cultura, en su sección chilena, fundó Aurora de Chile (1938-1940) con el apoyo de cerca de 150 intelectuales chilenos y extranjeros residentes en Chile. La revista apareció en un contexto de solidaridad internacional en contra de los totalitarismos políticos surgidos en Europa, con Pablo Neruda como presidente y Alberto Romero como vicepresidente. En su número inaugural, la revista enunció el afán continuador del primer periódico nacional, la Aurora de Chile (1812-1813).
En forma complementaria, este minisitio también incorpora la cápsula Publicaciones periódicas dirigidas por Vicente Huiodobro, en donde se sumó Azul, revista dirigida por el autor que había sido digitalizada pero que hasta el momento no había sido publicada en Memoria Chilena
MC0074100 MC0073379 MC0073339
Nuestro encabezado de redes sociales reutiliza imágenes de documentos digitalizados que forman parte del Patrimonio Cultural Común de los minisitios : Empresarios del siglo XIX (1820-1890) y Revistas y publicaciones de las vanguardias chilenas (1920-1938).
Las fuentes son:
Litoral: número 1, noviembre de 192
Mástil : revista literaria
Gong: año 2, número 10, octubre de 1930
Aurora de Chile: tomo 3, número 1, 1 de agosto de 1938
Acción: número 2-14, del 6 al 21 de agosto de 1925
Vista general de la Oficina Salitrera Buen Retiro, Tarapacá, 1889
Revisa nuestros anteriores minisitios:
Comercio y finanzas en Valparaíso (1544-1929): Entre el periodo colonial y el siglo XIX, Chile se insertó de manera continua en el sistema mercantil español y luego en la economía capitalista internacional a través del comercio exterior y la industrialización. En ese proceso, el puerto de Valparaíso tuvo una posición estratégica fundamental para los intercambios, se convirtió en la capital comercial y financiera del país y en el centro de las transacciones del Océano Pacífico Sur hasta la década de 1920.
Multitud (1939-1944): Esta revista político-cultural, de carácter intermitente, fue dirigida por Pablo de Rokha (1894-1968) con la ayuda de Winétt de Rokha (1892-1951) y el resto de su familia. Fue un medio de divulgación cultural e ideológica en el que se discutió la realidad nacional e internacional y se promovió la lucha social de los trabajadores.