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Visión hispana de Lautaro

Gran parte de las versiones históricas disponibles sobre la relación de las sociedades indígenas del centro-sur de Chile y los colonizadores hispanos quedaron plasmadas en las crónicas. Éstas fueron elaboradas por soldados, clérigos y burócratas hispanos que buscaron retratar principalmente las proezas de la conquista, describiendo los territorios conquistados y sus habitantes. En rigor, contienen la visión hispánica de la realidad indígena. Debido a que las poblaciones indígenas americanas carecían de un sistema de escritura alfabética, los españoles del siglo XVI creyeron que los indios no disponían de la capacidad de registrar la memoria de su pasado. Por esta razón se sintieron responsables de averiguar y conservar en forma escrita su historia.

A diferencia de otras regiones que fueron conquistadas tempranamente por los españoles, para el caso de la historia y situación de las poblaciones reche del siglo XVI, existe un restringido número de crónicas. Esto se debe en parte por el limitado acceso que los colonizadores tuvieron con las sociedades al sur del Biobío. Pese a ello, la denominada gesta de Lautaro y los inicios de la guerra de Arauco no pasaron desapercibida para los observadores de la época, quienes dejaron significativos testimonios.

Sin duda, un testigo fundamental de estos acontecimientos fue Pedro de Valdivia. El conquistador y primer español a cargo de las expediciones militares al sur, retrató en un conjunto de cartas dirigidas a la máxima autoridad del Imperio Español (el emperador Carlos V), los padecimientos que sufrió en la conquista de Chile y en sus constantes enfrentamientos con los reche. En sus escritos manifestó su admiración por la formación guerrera de los indios y destacó su carácter bestial o "bárbaro".

Sobre las escaramuzas de Lautaro, un segundo testimonio está presente en la Crónica y relación copiosa y verdadera de los Reinos de Chile escrita por Jerónimo de Vivar y publicada 15 años después de la muerte de Pedro de Valdivia. En su relato manifestó que Lautaro era un mal indio que había servido al gobernador y que luego se alzó con el resto de los indios contra los españoles. Por su parte, Alonso de Góngora y Marmolejo catalogó a Lautaro en su Historia de Chile desde su descubrimiento hasta el año 1575, como un indio belicoso que dirigió los enfrentamientos, destacando que sirvió a Valdivia como mozo, y que, gracias al contacto con los españoles, pudo trasmitir a los indios las debilidades de los conquistadores.

Otra crónica de los acontecimientos fue ofrecida por Pedro Mariño de Lobera, cuyo relato habría sido modificado totalmente por el padre Bartolomé de Escobar, quien se dio el tiempo de pulir el estilo de la escritura del soldado, redactándolo prácticamente de nuevo. Para Pedro Mariño de Lobera, la actitud de Lautaro de cambiarse al bando enemigo siendo caballerizo de Valdivia, fue una actitud cobarde y desleal, ya que había aprendido todo estando en el bando hispano. Es importante destacar también el poema de Alonso de Ercilla y Zuñiga, La Araucana, considerada una obra épica que describe con detalle los combates acontecidos en los alrededores de Tucapel. En cierta medida, la visión poética de la guerra y la vida reche contenida en La Araucana representa un primer paso en la mitificación del toqui Lautaro.