Escribía Pedro Vicuña Aguirre en sus Memorias íntimas: "Mis hijos hallarán en estos recuerdos una reunión de acontecimientos en que, sin salir de los comunes sucesos de la vida, podrán gustar aquel dulce consuelo que hallamos en la narración de iguales ejemplos en que unas mismas desgracias o un mismo destino, a otros colocaron en igual situación. Una librería de esta clase en el seno de las familias sería un repertorio de experiencia con que una generación ayudaría a la otra, y la más remota posteridad encontraría siempre, por este medio, cómo formar un núcleo de amor e íntimas relaciones, que en la vida son nuestra aspiración y el objeto de nuestros deseos y amor propio" (Vicuña Aguirre, Pedro. Memorias íntimas de don Pedro Félix Vicuña Aguirre. Santiago de Chile: Impr. El Esfuerzo, 1943, p. 7).

Como apunta el prologuista, Luis Valencia Avaria, "Pedro Félix Vicuña escribió estas páginas para que quedaran entre los suyos -y solo entre ellos- como su propio retrato y como una lección en que sumó todo lo mejor de su experiencia. Pero vivió una época de macicez histórica y, por relaciones de familia y voluntad personal, hubo de actuar y moverse en el centro mismo del proceso que estaba generando -entre errores, aciertos y esperanzas- una nueva nación" (p. 3)

El contexto social y político es el telón de fondo del relato de Pedro Félix Vicuña: "Nací el 21 de febrero de 1805, época en que el despotismo de los gobiernos de Europa consumaba la reacción contra las ideas que la revolución francesa había puesto en escena" (p. 8). En el relato hay una recurrente mención al carácter fragmentario y arbitrario de su escritura, que está sometida a los alcances y variaciones de la memoria, superponiéndose la narración privada por sobre la objetiva y distanciada de los eventos históricos o sociales: "La cronología de los sucesos políticos no puede andar bien en estas casi improvisadas memorias, en que dejo correr la pluma para estampar los recuerdos que se me agolpan. Esta, como ya lo he dicho, es una memoria de familia, y las afecciones en que mi alma ha hallado su expansión y sus contentos deben en ella ocupar un lugar preferente" (p. 33).

Pedro Félix Vicuña fue un pipiolo muy crítico al sistema conservador, ejerció como diputado, participó en proyectos de reforma constitucional y fundó El Mercurio de Valparaíso.