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Producción literaria de una serie de poetas

Entre los poetas cuyo proyecto escritural se inserta de un modo u otro, dentro de las llamadas vanguardias hispanoamericanas, se hace imprescindible nombrar a: Pablo de Rokha (1894-1968), Vicente Huidobro (1893-1948), Pablo Neruda (1904-1973), Rosamel del Valle (1901-1965), Humberto Díaz-Casanueva (1906-1992) y Joaquín Edwards Bello (1887-1968), entre otros.

Pablo de Rokha, quien consolidó su estilo en U, publicado en 1926, mostró una rápida evolución al modo de los futuristas rusos, la que devino en una literatura políticamente comprometida.

Los primeros poemas vanguardistas de Vicente Huidobro aparecieron en la revista Nord Sud, revista de inspiración cubista. En ella, apareció un primer movimiento analítico de lo que más tarde constituiría el Creacionismo. Además, la publicación de Ecuatorial y Poemas Árticos sentaron los precedentes de lo que debe ser el poema creacionista: "un poema en el que cada parte constitutiva y todo el conjunto muestre un hecho nuevo, independiente del mundo externo".

Pablo Neruda, ya en 1924, al ser publicado Veinte poemas de amor y una canción desesperada, mostró un manejo de las libertades vanguardistas, dentro de ellas por ejemplo, la inclusión del erotismo, el que rompió con los parámetros represivos de la retórica modernista. Del mismo modo, importantes contribuciones vanguardistas encontraron sustento en Residencia en la tierra, en cuanto fragmentación, indagación en niveles desacostumbrados de la realidad, etc.

Un cierto sector de la Vanguardia promovió la deshumanización del arte, ajenos a esta tendencia encontramos a Humberto Díaz Casanueva y a Rosamel del Valle. El primero, al publicar en 1931 Vigilia por dentro, contribuyó en la exploración vanguardista del lenguaje y la realidad, en cuanto sus poemas apuntaron a una visión de la interioridad del hombre en la que se otorgó prioridad a la indagación en sus dimensiones desconocidas. El segundo en tanto, concibió la poesía en su aspecto lúdico, y le otorgó la facultad de creadora de imágenes a partir de su contacto con la realidad.

Joaquín Edwards Bello, firmando esta vez como "Jaques Edwards, proclamado presidente DADA por Tristán Tzara", dio a conocer Metamorfosis en 1919, un conjunto de composiciones dadaístas y ultraístas, según su propia definición. El libro, encabezado por "Espiral" propuso: "La dimensión del infinito arquitectura del silencio, de todo lo constantemente silencioso, fue el punto de partida de la gran evolución estética".

Si bien es cierto, que el período vanguardista en estricto rigor decayó hacia la década del 30, es posible apreciar la permanencia y supervivencia de un cierto espíritu ligado a sus ideales, el que se manifiesta de un modo u otro incluso, hasta nuestros días. Así, por ejemplo Raúl Zurita (1950-), Diego Maquieira (1951-), Gonzalo Muñoz y Carlos Cociña, entre otros, integraron un movimiento que fue conocido como "Neovanguardia" o "Escena de avanzada", la que terminó articulándose como una forma de resistencia al régimen totalitario de la época.