Por su formación castrense, Jorge Juan y Antonio de Ulloa estaban especialmente calificados para informar a las autoridades de la monarquía sobre el estado naval y militar de las posesiones españolas en América del Sur. Además, el desencadenamiento de la Guerra de los Nueve Años (1739-1748) entre España e Inglaterra los obligó a prestar auxilio para la defensa del Virreinato del Perú, cuyas costas estaban amenazadas por el ingreso al Océano Pacífico de la armada inglesa comandada por Lord Anson.