El Tony chico

Como si todos los talentos que le dieron fama a lo largo de su carrera hubieran explotado en esta última e incandescente obra, El tony chico es considerada por muchos como la cúspide del trabajo de Heiremans. En ella, el autor retoma el tema de la muerte, la que, sin embargo, no concibe como el fin o la negación de la existencia, sino que, por el contrario, como el encuentro de una plenitud imposible de alcanzar en la vida terrenal. La historia de Landa es, quizás, la manifestación más poderosa de la mirada existencialista del autor. Este personaje se ha visto expuesto al odio, al egoísmo y, en este sentido, la muerte se presenta como una oportunidad de liberación.
El Tony chico, de Luis Alberto Heiremans, se estrenó en forma póstuma el 30 de octubre de 1964, apenas cinco días después de la muerte de su autor. La puesta en escena fue realizada por la Compañía de Teatro Profesional de la Universidad Católica, en la sala Camilo Henríquez. El reparto, por orden de aparición, fue el siguiente:
Landa: Marcelo Gaete
Barón: Ramón Nuñez
Barahona: Francisco Morales
Rucia: Nelly Meruane
Sonia: Lucy Salgado
Juanucho: Hugo San Martín
Capitán: Mario Montilles
Emperatriz: Sara Astica
María Luisa: Maruja Cifuentes
María Clara: Violeta Vidaurre.
El director fue Eugenio Dittborn; la escenografía, la iluminación y el vestuario estuvieron a cargo de Bernardo Trumper y la música incidental fue compuesta por Juan Lemann.