Fisonomía de la ciudad
De acuerdo con los datos censales, en 1940 Santiago contabilizaba 952.075 habitantes. Según el censo de 1952 la ciudad había aumentado su población a 1.350.409 individuos y en 1960 a 1.907.378. En el censo de 1970 se contabilizaron 2.861.900 habitantes y en el de 1982 3.937.300. En 1992 se censaron 5.295.593 residentes y el 2002 se registró un total de 6.061.185, es decir, 803.248 individuos más que en el censo anterior.
Con respecto a la extensión del área urbana el crecimiento también fue notable. En 1930 la ciudad abarcaba una superficie de 6.500 hectáreas, 30 años más tarde, tenía 20.900 y en 1980 había aumentado a 38.296. Esto indica un crecimiento anual promedio de 635 hectáreas entre 1930 y 1980. Si se calcula entre 1930 y 1960, resultan 480 hectáreas al año, mientras que entre 1960 y 1980, 869 hectáreas anuales. De acuerdo con estos cálculos, la aceleración del crecimiento alcanzó su máxima intensidad en las décadas de 1960 y 1970. Según el historiador Armando de Ramón en su obra Santiago de Chile: (1541-1991): historia de una sociedad urbana, estos datos llevan a estimar que Santiago en 1990, con respecto al que existía sesenta años antes, constituía una realidad urbana completamente distinta, que él denomina la ciudad de masas.
La forma urbana equilibrada, rectangular y armónica que la ciudad tuvo durante cuatrocientos años se transformó en otra configurada, aparentemente, en forma desordenada y separada por distancias increíbles, sólo superables por vehículos a combustión. La erradicación de poblaciones marginales de comunas como Las Condes o Lo Barnechea y la implementación de programas de viviendas sociales asentadas únicamente en sectores periféricos incrementó aún más la segregación espacial, aumentando en horas el viaje entre los lugares de residencia, trabajo o diversión.