La organización del ejército implicó el establecimiento de una serie de fábricas y departamentos de apoyo. La Maestranza y Parque de Artillería se instalaron en Mendoza con el objetivo de fabricar bayonetas y granadas. Además allí se inventaron las "zorras" que eran carros angostos, de construcción tosca pero sólida, de cuatro ruedas pequeñas y tiradas por bueyes o mulas. Estaban destinados al montaje de los cañones de batalla y eran capaces de cruzar la cordillera.

La fábrica de pólvora estaba a cargo del ingeniero Alvarez Condarco quien, a través de un sistema de ruedas hidráulicas, logró producir pólvora de buena calidad.

La fábrica de paños y uniformes se organizó a través de batanes movidos por agua. Produjo paños teñidos de azul que las mujeres de Mendoza se encargaron de transformar en uniformes militares.

Se organizó además un servicio sanitario encabezado por dos médicos encargados de conseguir equipos y medicamentos, un departamento de ingeniería militar a cargo de la implementación y preparación del personal autorizado y un departamento de administración civil a cargo de la dirección general de los recursos y provisiones del ejército.