La Iglesia y el Estado. Tragedia en un acto (1874)
Al igual que otros miembros de la Academia de Bellas Letras (1873-1881), Daniel Barros Grez (1834-1904) colaboró en Sud-América. En el último número de la revista, el autor publicó La Iglesia y el Estado, obra dramática en un acto. Este texto junto a Quien mucho abarca… de Rafael Jover (1845-1896) fueron las dos únicas piezas teatrales que aparecieron en el medio, además de algunos fragmentos de Fausto del escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832), traducción al español realizada por Manuel Antonio Matta (1826-1892).
La Iglesia y el Estado se ha leído como parte de las obras teatrales decimonónicas en las que estarían presentes valores nacionales, que "al igual que las historias y las costumbres, se transforman en las bases esenciales a las que se recurre y apela en los discursos de los intelectuales del siglo XIX chileno, para crear y cultivar una literatura nacional". Estas obras pusieron "el énfasis en un conflicto ideológico, especialmente de tipo religioso, moral, político y de género", que, por lo general, "suele generarse por la lucha entre el pensamiento liberal de corte más radical y el pensamiento conservador" (Jiménez, Eduardo. "Escribid para el pueblo". Historias, costumbres y valores nacionales en el teatro chileno (1810-1879). Tesis doctoral. University of Gothenburg, 2018, p. 224).
La obra se publicó en un momento en que en Chile las relaciones entre la Iglesia y el Estado eran tema de discusión "entre liberales y conservadores liberales o, mejor dicho, clericales y laicizantes". Así, surgieron textos durante la década de 1870 "para defender la tesis liberal o la postura clerical". En el caso de La Iglesia y el Estado, se ha mencionado que se encuentra en el primer grupo de textos defensores de una tesis liberal, mientras que obras como Leonor o el último día de los jesuitas (1871), drama histórico en cinco actos, de Ángel Custodio Vicuña Vicuña (1848-1918) en el segundo (Jiménez, p. 24-25).
En La Iglesia y el Estado aparecieron personajes alegóricos que personificaron vicios y virtudes. Satanás, protagonista de la obra, intenta impedir el matrimonio entre Libertad y Estado y busca que este se case con Iglesia, con la ayuda de la intervención de su hijo Diablo Cojuelo, además de la cooperación de Fanatismo, Intolerancia e Ignorancia. En su primera intervención en la obra, Satanás comentó que, a diferencia del tiempo de la Colonia en el continente americano: "Desde que le ha caído en mientes al señor don Estado el enamorarse, en estas Américas, de esa casquivana muchacha a quien llaman Libertad, se ha multiplicado mi trabajo, y los beneficios van disminuyendo día a día. Ya no es vida la que me hacen pasar los tales liberales, que con sus escuelas y propagandas no me dejan hacer mi cosecha, como allá en lo antiguo..." (Barros Grez, Daniel. "La Iglesia y el Estado". Sud-América. Tomo 3, número 1, 1 de mayo de 1874, p. 65-66).
Se ha planteado que la postura anticlerical de la obra puede apreciarse, especialmente, en los monólogos del personaje Satanás, cuyo pensamiento puede "relacionarse con los de Barros Grez, Lastarria y con el de otros representantes del mundo liberal de las últimas décadas del siglo XIX chileno que fueron generando un debate público y parlamentario sobre el papel de la Iglesia y su relación con el Estado y la administración de diferentes instituciones. El Partido Conservador y la Iglesia se oponen a los requerimientos del movimiento liberal lo que impulsa a estos últimos a endurecer y radicalizar su discurso" (Jiménez, p. 210).
La Iglesia y el Estado se publicó de forma incompleta en la revista Sud-América, hasta la escena XIX. En 1883, la obra apareció en formato libro, a cargo de la Imprenta Cervantes, edición que incluyó el desenlace de la acción y cambió el subtítulo de la obra con el que se publicó en la revista de "Tragedia en un acto" a "Fantasía trágica en un acto".
Entre 1883 y 1884 se discutieron y promulgaron las "leyes laicas", hitos en el proceso de la discusión de los vínculos entre la Iglesia y el Estado, que ya se extendía desde mediados del siglo XIX. La publicación de la obra de Barros Grez como libro en 1883, se ha leído como parte de las manifestaciones de "neto inconformismo social, rayano en un seudo-ateísmo" que se expresaron en ese tiempo a las que también se sumaba la prensa satírica, como fue el caso del periódico El Padre Cobos, dirigido por Juan Rafael Allende (1848-1909) (Martinic, Zvonimir. Las manifestaciones de la pugna Iglesia-Estado en Chile respecto de La Sucesión Arzobispal de Santiago. 1878-1886. Tesis doctoral, Universidad de Chile, 2012, p. 210-211).