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Daniel de la Vega en Pluma y Lápiz (1912)

La participación de Daniel de la Vega (1892-1971) en Pluma y Lápiz (1912) se dio en un momento inicial de su desarrollo como escritor, tanto en medios periódicos como en su obra poética. En 1911, apareció su primer poemario, Al calor del terruño, y ya hacia 1912 consiguió su primer trabajo estable en el diario La Mañana de Santiago (1909-1916) como corrector de pruebas (Cánepa, Mario. Daniel de la Vega: el poeta y el ángel. Chile: Eds. Mauro, 1991, p. 19). Posteriormente, De la Vega colaboró en varios diarios y revistas y, especialmente, tuvo un trabajo de larga data en Las Últimas Noticias, medio en el que escribió por cincuenta años (Ramírez Capello, Enrique. "Daniel de la Vega, 'Hoy', siempre". Las Últimas Noticias, 12 abril 1990, p. 8).

En Pluma y Lápiz, De la Vega participó desde la concepción del proyecto en conjunto con Fernando Santiván (1886-1973), el director de la revista (De la Vega, Daniel. "Pluma y Lápiz". Las Últimas Noticias. 22 septiembre 1962, p. 17). En la información del encabezado que aparecía en los números del medio, se indicaba que De la Vega fue el secretario de redacción, pero también realizó otras labores de gestión que permitían que la revista se publicara. Según las memorias del mismo Santiván, el joven escritor "se encargó de todo lo que significaba trabajo pesado, ingrato, anónimo y brutal. Caminaba de la mañana a la tarde en busca de las colaboraciones, que debía recoger en la propia casa o en las oficinas de nuestros compañeros, con los consiguientes plantones, viajes inútiles, informalidades y escarceos propios de nuestro ambiente literario, y de todos los ambientes. Fuera de eso, debía entenderse con la imprenta, que estaba en Arturo Prat, más allá de la Avenida Matta; corregir pruebas, buscar fotografías, recoger los grabados, ¡qué se yo!" (Santiván, Fernando. Confesiones de Santiván: Recuerdos Literarios. Valdivia: Ediciones Universidad Austral de Chile, 2016). Si bien Pluma y Lápiz contó con pocos números, "consiguió remover el ambiente y logró convertirse en una expresión literaria que aún se recuerda, lo que llenó de júbilo a Daniel de la Vega" (Cánepa, p. 22).

Respecto a los textos que publicó en Pluma y Lápiz, el escritor colaboró con artículos breves en los que informaba la publicación de un nuevo libro, el que solía ser enviado por su mismo autor a la revista. También publicó los poemas "De regreso", "Asiática", "A ti" y "Desde la redacción", además del cuento "El poema clásico".

Los libros sobre los que De la Vega dio noticia de su publicación fueron Tierra de reliquias de Francisco Contreras (1877-1933), texto acerca del viaje del autor a España; el poemario La escolta de la bandera de Samuel A. Lillo (1870-1958), a quien se refirió como el "cantor de las hazañas militares de nuestro pueblo", pues este libro hacía alusión a "la pérdida del Estandarte del regimiento chileno 'Segundo de Línea' en la batalla de Tarapacá el 27 de Noviembre de 1879", en el contexto de la Guerra del Pacífico (D. de la V. "La escolta de la bandera". Pluma y Lápiz. Número 3, 2 agosto 1912, p. 22); y la novela Las jornadas de la dicha de René Hurtado Borne (1887-1960), autor que posteriormente desarrolló su obra en el ámbito teatral cultivando "con igual pericia melodrama y sainete, participó en la fundación de la Sociedad de Autores Teatrales (SATCH) y discutió públicamente desde la revista Mundo Teatral" (Kalawski, Andrés. "Una bohemia muy decente: las familias en el primer volumen de la Antología Un siglo de dramaturgia chilena 1910 - 2010". Cuadernos de Literatura. Volumen XX. Número 39, 2016, p. 303).