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Deconstrucción del soporte

En el ámbito nacional, principalmente son poetas quienes han explorado en la deconstrucción del soporte de los libros, experimentos que han puesto en conflicto el formato de la página y los procedimientos convencionales que refieren a la circulación editorial. En este ámbito, la obra Artefactos (1972) de Nicanor Parra, a partir de la fórmula estética de la antipoesía, introduce la noción de caja con tarjetas; igual procedimiento que el autor repetirá diez años más tarde en Chistes para desorientar a la poesía (1983), donde además participa un grupo de artistas visuales convocados como ilustradores.

De otra forma puso en conflicto el soporte del libro el poeta Rodrigo Lira (1949-1981). Por medio de la realización de una infinidad de fotocopias que él mismo "publicaba", distribuía gratuitamente sus textos poéticos en contextos marginales y estudiantiles, a la vez que realizaba una protesta a la censura existente en el país a fines de los setenta y comienzo de los años ochenta.

Finalmente, otra metodología creativa que puede mencionarse fue la utilizada por Gonzalo Millán (1947-2006) en Archivo Zonaglo (1986-2006), un proyecto visual-escritural compuesto de 15 mil fichas bibliográficas que el autor produjo al regreso de su exilio, pero que, al contrario de los casos anteriores, nunca puso en circulación pública, sino, todo lo contrario, lo concibió como las páginas sueltas de su bitácora propia.