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purépecha

Junto con el náhuatl y el otomí, la tercera lengua indígena más importante de la zona central de México es el purépecha o tarasco. Hablado en la región de Michoacán, al nororiente del altiplano central mexicano, el purépecha es una lengua de tipo aglutinante que no guarda ninguna relación con las otras familias lingüísticas mesoamericanas.

A mediados del siglo XVI el misionero franciscano Maturino Gilberti describió por primera vez la estructura gramatical y fonológica del purépecha, produciendo obras notables como Arte de la lengua de Michuacan (1558), Vocabulario en lengua de Mechuacan (1559) y Thesoro spiritual de pobres en lengua de Michuacã (1575).

La labor de Gilberti, única en su género por su volumen y calidad, fue retomada más tarde por otros misioneros, como fray Juan Bautista Bravo de Lagunas, autor de un Arte y diccionario: con otras obras en lengua michoacana (1574) y Diego de Basalenque, autor de un Arte de la lengua tarasca, escrito a inicios del siglo XVII, pero publicado recién en 1714. Todas esas gramáticas seguían el modelo tripartito inaugurado por Gilberti, que trataba de manera separada la fonología, la morfología y la composición de la frase.

Hoy en día el purépecha es una lengua de un número pequeño de hablantes y se encuentra en rápida declinación. A pesar de ello, en las zonas rurales del estado de Michoacán, México, aún es hablada por unas 130.000 personas, existiendo dos variedades dialectales.