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náhuatl

A la llegada de los españoles a México, el náhuatl era una de las lenguas más habladas de la región. Como lengua materna, era hablado por una amplia población indígena en el altiplano central mexicano, que constituía el núcleo principal del imperio azteca.

Durante los siglos XIV y XV, la expansión del dominio azteca convirtió al náhuatl en la lengua franca por excelencia en gran parte del territorio mesoamericano y expandió, de manera considerable, el número de hablantes de esa lengua.

Perteneciente a la familia de las lenguas yuto-nahuas, el náhuatl es un idioma de tipo aglutinante con una estructura gramatical y morfológica muy diferente a las lenguas de la familia indoeuropea. A pesar de las dificultades que ofrecía su aprendizaje a los misioneros españoles, no tardaron en aparecer las primeras gramáticas y diccionarios, fundamentales para la labor evangelizadora.

Los franciscanos fueron pioneros en el estudio del náhuatl, siendo el Arte de la lengua mexicana (1547) de fray Andrés de Olmos la primera gramática escrita en América sobre una lengua indígena, que quedó inédita hasta su publicación en el siglo XIX. Poco después, fray Alonso de Molina publicó el primer Vocabulario y Arte de la lengua náhuatl, los que marcaron una senda que seguirían, durante ese siglo y los siguientes, muchos otros misioneros católicos.

Hoy en día, el náhuatl es la segunda lengua indígena más extendida en toda América y la primera en México, con más de un millón y medio de hablantes, la gran mayoría de los cuales, viven en las regiones rurales del centro de México.