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Cursos de divulgación científica de la Universidad de Chile

A finales de la década de 1920 e inicios de la de 1930 "había en el país una gran inquietud por el desarrollo de la ciencia y comenzaban los primeros albores de la creación e investigación científica como actividad independiente" (Claudio Gutiérrez Gallardo y Flavio Gutiérrez Albornoz. "Física: su trayectoria en Chile (1800-1960)". Historia, n° 39, vol. 2, 2006, p. 491). En esa época, la Universidad de Chile organizó cursos breves de divulgación científica con el objetivo de difundir la cultura a todas las personas que estuvieran interesadas. Además, la universidad declaró que con estos cursos pretendía "extender a horizontes más amplios su labor educacional y social" (Cursos breves de divulgación científica. Santiago: Balcells, p. 3).

Los cursos consistieron en una serie de conferencias dictadas por profesores de las distintas facultades de la universidad, en las que explicaron temas de su especialidad a un público no necesariamente académico. Para dar a conocer el programa, la universidad publicó un folleto donde detalló el título de las conferencias que ofrecerían sus profesores, junto con el día, horario y lugar donde se llevarían a cabo.

La ceremonia de inauguración de estos cursos fue realizada el 6 de agosto de 1929 en el Salón de Honor de la Universidad de Chile. Entre los asistentes estuvieron el rector de la Universidad Católica, el subsecretario de educación y el rector de la Universidad de Chile, Armando Quezada Acharán (1873-1936). Este último pronunció un discurso inaugural donde destacó la importancia de los cursos para la labor de difusión de la cultura a la que debía aspirar una universidad moderna. Junto con la formación de profesionales, la investigación científica y el estudio de los problemas del país tenía "la tarea de difundir, por medio de la extensión universitaria, el beneficio de sus lecciones, de sus trabajos científicos, de sus estudios sobre problemas nacionales, entre todas las clases de la población que deseen recibirlo" (Conferencias de divulgación científica. Tomo 1. Santiago: Establecimientos Gráficos "Balcells", 1930, p. XI).

De acuerdo a un artículo publicado en los Anales de la Universidad de Chile en 1929, el anuncio de estos cursos "fue recibido con vivo interés y la prensa del país aplaudió unánimemente a las autoridades universitarias por sus iniciativas para 'divulgar los últimos progresos de la ciencia en todos los órdenes especulativos y prácticos'" ("Notas universitarias. Cursos breves de divulgación científica", año 7, jul-sep, serie 2, pp. 941). Con el fin de que las personas de otras provincias pudieran acceder a las conferencias, la universidad anunció que estas serían transmitidas por radio. Otra estrategia de divulgación, que la universidad lideró para quienes no pudieran oír presencialmente las presentaciones, fue su transcripción y posterior publicación en dos tomos en 1930.

En ellos, se incluyeron en detalle las conferencias de los especialistas, quienes abordaron temas tan diversos como "El agua de las lluvias como factor geológico" del geólogo Juan Brüggen (1887-1953), "Teorías y curiosidades relativas al origen del lenguaje. Algunos capítulos interesantes de la vida de las palabras" del profesor Rodolfo Oroz (1895-1997) y, "Política sanitaria" del médico Alejandro del Río (1867-1939).