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La mujer-hombre: drama en tres actos (1875)

Florentina: ¿Yo comprar a un hombre? ¡Eso nunca! ¡Como siempre, viviré de mi trabajo, y dueña de mis acciones! Acepto los deberes y hasta las preocupaciones que me impone mi nueva condición, pero jamás haré el sacrificio de mis sentimientos ni de mis derechos de mujer. ¡Quede para otras la humillación de suscribir ese contrato leonino que se llama el matrimonio, en el cual el hombre es todo, la mujer nada!

(Vial, Ramón. La mujer-hombre. Santiago: Impr. de la República de Jacinto Nuñez, 1875, p. 46).

Durante la segunda mitad del siglo XIX en Europa, a las discusiones sobre el derecho a la educación de las mujeres, se sumaron otros debates relativos a sus derechos sociales. En este contexto, hacia 1869, John Stuart Mill (1806-1873) escribió, con el apoyo intelectual de Harriet Taylor (1807-1858), el libro The Subjection of Women -tempranamente traducido en Chile por Martina Barros Borgoño (1850-1944)-, en el que reflexionó sobre las relaciones de subordinación entre mujeres y hombres, fundadas tanto en el tradicionalismo religioso como en teorías biológicas deterministas, que la institución del matrimonio consolidaba.

No obstante esta apertura en el seno de la filosofía anglosajona, discursos contrarios tenían todavía vigencia en las tribunas públicas. En 1872, el escritor francés Alexandre Dumas, hijo (1824-1895) publicó el panfleto titulado "El hombre-mujer". En este texto, Dumas desconoció ideas como las del liberalismo de Mill que defendían la libertad de todo individuo, con independencia de su sexo, origen étnico o situación social.

La obra de Dumas -quien acuñó el término "feminista" para referirse a aquellos hombres que defendían la igualdad de derechos sociales de mujeres y hombres- generó diversas respuestas en Europa, entre ellas, la contestación de una escritora francesa anónima, titulada "La mujer-hombre", en la que cuestionaba la idea de supeditación natural de la mujer, reafirmando sus capacidades para cumplir roles distintos a los directamente asociados al cuidado del hogar y la familia (Anónimo. "La mujer-hombre". Dumas, Alexandre. Matrimonio, adulterio, divorcio. "La mujer-hombre" Madrid: Zaragozano y Jaime, 1873).

Estas ideas, que tuvieron un desarrollo propio en Chile, aparecieron problematizadas en el drama en tres actos La mujer-hombre de Román Vial, obra que en 1874 fue presentada al certamen de composiciones dramáticas organizado por la Academia de Bellas Letras (1873-1881). En este certamen, obtuvo uno de los votos de los tres jurados para ganar el primer premio que, finalmente, recayó en el escritor español Rafael Jover (1845-1896) por su obra Quien mucho abarca, poco aprieta.

La mujer-hombre, publicada en la Revista Chilena (1875-1880) y como folleto en el año 1875, comienza con la presentación de las hermanas Luisa y Florentina, quienes representan dos extremos de la identidad de las mujeres en la sociedad decimonónica nacional. Luisa aparece constreñida por el amor romántico y sus instituciones, mientras Florentina es caracterizada por su deseo de libertad, su carácter decidido y pragmatismo. Debido a las penurias económicas que sufren tras la muerte de su padre, Florentina decide hacerse pasar por hombre (Florentino) como estrategia para asegurar un trabajo y, con este, "bienestar, respeto, consideraciones" en un orden social en el que las mujeres no tienen "ni el derecho de amar" (Vial, Ramón. La mujer-hombre. Santiago: Impr. de la República de Jacinto Nuñez, 1875, p. 8-9).

El conflicto de la obra aparece cuando Ricardo culpa a Florentino de robar a don Jorje -aristócrata que articula las relaciones entre los personajes, quienes trabajan para él o son parte de su núcleo familiar-. Esta artimaña finalmente concluye en la exposición de Florentina y, de paso, en la reclusión de Ricardo.

Este marco argumentativo funciona como trasfondo para sostener la tesis de la obra que, según Alfonso Calderón (1930-2009), se sintetiza en las palabras de la protagonista: "La ley y la sociedad son injustas con la mujer. Para ella toda responsabilidad y todo resignación; para el hombre toda la libertad" (Calderón, Alfonso. "Notas sobre Román Vial". Apuntes. Número 80, 1974, p. 11-12), diferencia que, fundada en la tradición, la costumbre o la naturaleza era reafirmada en el contrato matrimonial.