"Desde mi escondite" es un relato de Román Vial publicado en el segundo tomo de Costumbres chilenas. Este texto se diferencia del resto de los relatos que aparecen en los dos volúmenes del libro por presentar de manera explícita una crítica a la persecución política a que fueron sometidos los opositores del gobierno de José Manuel Balmaceda (1840-1891) en el contexto de la crisis política de 1891, específicamente, en la ciudad de Valparaíso.

Según Julio Heisse González, esta crisis se detonó hacia 1890, cuando el presidente Balmaceda -quien durante su carrera política previa estuvo a favor del parlamentarismo- se negó a reconocer ciertas atribuciones del Congreso, como sus facultades de intervenir en las elecciones del gabinete presidencial y de interpelar a los ministros. Como medida de presión, el Congreso no aprobó el presupuesto para el año 1891, lo que llevó al presidente a mantener la misma ley de 1890.

Para inicios de 1891, Balmaceda tomó una serie de medidas que restaron poder a los congresistas, quienes las calificaron como anticonstitucionales. El 11 de febrero el presidente clausuró el Congreso, acción que condujo a una guerra civil que duró seis meses (Heisse González, Julio. "La crisis de 1891 y el parlamentarismo". Historia de Chile. El periodo parlamentario. Tomo I. 1861-1925. Santiago: Andrés Bello, 1974, pp. 69-139). Durante este conflicto, perecieron alrededor de 10.000 personas ("La crisis de 1891: civilización moderna versus modernidad desenfrenada". La guerra civil de 1891. Cien años hoy. Santiago: Univ. de Santiago, 1991, p. 25).

En este contexto, "Desde mi escondite" de Román Vial -por medio de metáforas en torno a la cacería, desarrolladas a partir de un epígrafe extraído del artículo "La caza" (1835) de Mariano José de Larra (1809-1837), el uso de la ironía y situaciones cómicas- presenta una crítica a la persecución política a los opositores al gobierno de Balmaceda, haciendo referencia a las medidas que tuvieron por fin restringir las libertades civiles: la aplicación de censura para la prensa opositora -aunque existieron medios satíricos durante este conflicto-, el continuo apresamiento a los detractores y la prohibición de reunirse en grupos de más de tres personas, medida que se indicó el 11 de enero de 1891 para Valparaíso (Velasco, Fanor. La revolución de 1891: memorias: póstuma. Santiago de Chile: Sociedad Imprenta y Litografía Universo, 1914, p. 93).