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Novelas históricas sobre la independencia de Chile

Hacia mediados del siglo XIX, escritores como José Victorino Lastarria (1817-1888), con su narración "El mendigo" (1843), o Manuel Bilbao Barquín (1828-1895) con El inquisidor mayor o Historia de unos amores (1852) fueron algunos de los primeros exponentes de la novela histórica en Chile.

A diferencia de las novelas históricas europeas que realizaban reconstrucciones arqueológicas del pasado, en las novelas históricas chilenas del periodo existió la necesidad de construir épicamente una identidad nacional rechazando el pasado colonial español y ensalzando las virtudes de las figuras de los héroes chilenos (Löfgunt, Eva. "Reflejo de la colonia y reconquista en la ficción histórica de Chile (1843-1876)". Literatura y Lingüística. Número 11, 1998, p. 119-120).

En términos del espacio y el tiempo representados, los referentes históricos de la mayoría de estas novelas fueron: la Colonia, el ciclo de la Independencia, la Guerra del Pacífico y la Revolución de 1891 (Zamudio, José. "La independencia en la novela histórica chilena". Anales de la Universidad de Chile. Número 119, 1960, p. 236).

Respecto de los temas generalmente tratados y los personajes construidos, las narraciones chilenas que utilizaron como trasfondo histórico la Colonia y el proceso de la Independencia, escritas entre 1843 y 1876, se refirieron a la relación conflictiva entre españoles y pueblos indígenas en el primer periodo y entre españoles y chilenos en el segundo.

En el caso de las obras referidas al proceso de emancipación de la corona española, las figuras que se enaltecieron fueron, principalmente, las de Bernardo O'Higgins (1778-1842), José Miguel Carrera (1785-1821), Manuel Rodríguez (1785-1818) y el argentino José de San Martín (1778-1850) por su rol en la independencia de Chile.

Además de la exaltación de las figuras patrióticas con el fin de lograr construir un discurso nacional, parte de las novelas que tuvieron como trasfondo histórico el proceso de Independencia vincularon la intriga amorosa con el relato histórico, ensalzando valores como la valentía y la honradez de los personajes también en el ámbito amoroso. Textos como Un rapto de Román Vial (1833-1866) y Los Talaveras de Liborio Brieba (1841-1897) -ambas situadas en el periodo de la Reconquista española-, son ejemplos de este tipo de novela histórica que vincula intriga amorosa e historia nacional.

En Un rapto: novela histórica de Román Vial, publicada por entregas en la Revista del Pacífico en el año 1860, se narra el escape de la pareja de dos jóvenes chilenos, Florencio y Aurora y su hijo recién nacido, de la persecución de un grupo de guerrilleros realistas en Valparaíso hacia fines de la Guerra de la Independencia en 1818. La figura de Florencio es caracterizada como la de un sujeto valiente y arrojado y la de Aurora como una mujer que, ante el peligro de su pareja, desafía el riesgo de la disputa con los realistas.

Este arrojo de los amantes también puede apreciarse en Los Talaveras: novela histórica (1814-1817), publicada como folletín en 1871. La acción de la novela se desarrolla en el periodo de la Reconquista española comenzando por la batalla de Rancagua. En ella se unen los esfuerzos de los personajes masculinos -movidos tanto por el "amor a la patria" como por el "amor a la pareja humana"- y femeninos, representadas como personas que desean la paz, pero que por su patriotismo, "en momentos coyunturales, están dispuestas a asumir la acción y la violencia" (Cánepa, Gina. "Folletines históricos del Chile independiente y su articulación con la novela naturalista". Hispamérica. Número 50, 1988, p. 30-31).

En estas obras, la referencia a lo amoroso funciona como un medio para ensalzar las características positivas de los personajes que buscan, por sobre todo, luchar por la independencia de la patria, caracterizando a la vez negativamente a aquellos sujetos que no solo se interponen a la emancipación de los chilenos, sino que también a un desenlace amoroso feliz.