La publicidad de depilatorios o de tónicos que aportaban vigor y lustre al cabello se promovían con ilustraciones que mostraban un antes y un después de su aplicación. Por ejemplo, "El Depilatorio Ideal" graficaba una mujer con abundantes cejas y bigotes que desparecían en el cuadro siguiente. Textos que ofrecían cremas especiales para evitar arrugas, exageraban en la descripción de sus efectos, casi milagrosos. Los pilules orientales que desarrollaban y fortificaban el busto eran promocionados con textos e imágenes descriptivas, y el corsé, con figurines de mujeres que lucían esta prenda interior.

El correcto cuidado del cuerpo a través de la higiene era una vía ineludible para alcanzar la belleza. Así lo ejemplificaban los mensajes publicitarios de dentífricos y jabones. En tanto, la figura esbelta se podía obtener a través del uso de tabletas que ofrecían regularizar el funcionamiento corporal. En la estrategia publicitaria era corriente la alusión al origen extranjero del producto, a su exclusividad y a su vinculación con personajes públicos de relevancia o, a finales de esta época, a artistas de cine.