Subir

Nosotras (1931-1935) y Unión Femenina de Chile (1934-1935)

"Cuando la mujer intervenga en la política de los pueblos, la paz reinara sobre el mundo"

"Necesitamos el voto para imponer leyes justas"

(Unión Femenina de Chile)

Ambos periódicos, dirigidos por Isabel Morel, seudónimo de Delia Ducoing de Arrate, pertenecieron a la Unión Femenina de Chile, fundada en Valparaíso en 1928. Esta institución nació al calor de la propuesta de Graciela Lacoste en una reunión convocada por Aurora Argomedo para celebrar el cincuentenario del decreto Amunátegui. La institución abogó principalmente por los derechos políticos femeninos, pero también incluyó en su programa numerosas estrategias en pos del mejoramiento de la salud y subsistencia de toda la sociedad. Una de ellas fue la organización de una cooperativa femenina de producción y consumo destinada a paliar los tiempos de carestía. Esta y otras iniciativas, como, por ejemplo, los variados cursos y charlas que ofrecía la asociación al público femenino, eran corrientemente dadas a conocer por medio de la prensa institucional. La Unión Femenina de Chile tuvo un activismo político notable. Junto a otras instituciones feministas conformó distintas asociaciones mayores para luchar por el voto político. Los periódicos de la asociación contribuyeron a la inserción de las mujeres en la vida política nacional, aun cuando no estuvieran facultadas para sufragar, al sumarse a las campañas electorales de los candidatos presidenciales que apoyaban, como ocurrió con el radical Juan Esteban Montero. A diferencia del Partido Cívico Femenino, la Unión Femenina de Chile sí contó con líderes que se presentaron a candidaturas políticas, una vez obtenida la ciudadanía parcial (1934). Fue el caso de Graciela Lacoste, a quien el diario Unión Femenina de Chile brindó su solidaridad propagandística.