El año anterior a la consolidación de su propuesta estética con Discípulos del miedo en 1959, Egon Wolff debutó en la escritura teatral con Mansión de lechuzas, bajo la dirección de Eugenio Guzmán, quien más tarde se haría cargo también de su tercer estreno, Parejas de trapo, nuevamente para el Teatro Experimental de la Universidad de Chile, en 1960. Ese mismo año viajó a la Yale Drama School, en Estados Unidos, donde fue becado por la Fundación Fullbright para estudiar durante un año bajo la tutoría de John Gassner. Tras los montajes de Niñamadre, con el Teatro de la Universidad de Concepción y la dirección de Fernando González en 1962 y de su primera obra mayor, Los invasores, bajo la dirección de Víctor Jara, pasarían dieciséis años antes de que Wolff volviera a colaborar con los teatros universitarios.

En 1969 Egon Wolff debutó en las salas teatrales privadas con El signo de Caín, bajo la dirección de Boris Stoicheff. Su segunda obra mayor, Flores de papel, estrenada en el Teatro de la Municipalidad de Las Condes, cosechó críticas favorables y gran éxito de público, por lo que continuó siendo montada en salas privadas o de municipios de la capital. Durante la década del setenta la obra se reestrenó en Oslo, Buenos Aires, Sofía y Amberes, entre varias otras ciudades de los cinco continentes.

Recién en 1977 volvió a presentar un nuevo texto original, al estrenar la comedia Kindergarten en la sala Galpón de Los Leones, nuevamente a cargo de Boris Stoicheff.