Carlos Dorhliac fue un artista interesado por la vida del habitante del territorio donde vivía sin poses ni sobreactuación. Sus retratos fotográficos registraron a trabajadores y trabajadoras, pescadores y niños en sus contextos habituales.

Este tipo de registro era muy particular para la época, en la que predominaron representaciones que mostraban "la historia y desarrollo de un sector de la sociedad, la burguesía" y solo tangencialmente a "algún personaje popular en alguna vista general de alguna calle o sector de la ciudad" (Monsalve, Carlos. Fotografía e identidad. Carlos Dorlihac: Memoria visual chilena a comienzos del siglo XX. Tesis para optar al grado de Licenciado en Arte. Santiago: Universidad Arcis, 2008, p. 3).

Sin ánimo de denuncia social, sus fotografías respondieron, en principio, a una búsqueda estética que se cristalizó en la creación de temas populares en sus dibujos. Decisión que, según Juan Carlos Valle, fue interpretada por un sector de la crítica como "una mirada algo altanera y displicente hacia lo que le parecía pintoresco y exótico, es decir, los temas populares" (Carlos Dorlhiac: la lente y la pluma. Santiago: Hilo Azul, 2010, p. 56).

A pesar de tales críticas que vieron un afán por lo "pintoresco" o, por el contrario, la intención de "ver el rostro de Chile", según publicó el diario del Partido Comunista El Siglo, el 16 de mayo de 1957, a través del trabajo de exploración y búsqueda de modelos que Dorlhiac emprendió con su cámara fotográfica logró acumular un valioso corpus de fotografías que permite dar cuenta de un imaginario desconocido de Chile durante la primera mitad del siglo XX.