Alfarera y artesana
La alfarería ha sido una actividad cultivada por las mujeres desde tiempos remotos. En América prehispánica, han afirmado diversos investigadores, esta correspondencia fue posibilitada por una profunda relación antropológica entre mujer y tierra. A través de procesos y procedimientos cultivados en el interior de cada familia y heredados de generación en generación, las mujeres indígenas y mestizas de Chile colonial se dedicaron a la confección de elementos de greda o cerámica utilizados para distintos fines. Antes de la invención de la loza que hoy conocemos, las necesidades de almacenamiento, transporte o consumo de alimentos o líquidos eran satisfechas por estas creaciones. De esta manera, ollas, cántaros, vasijas, platos, vasos, entre otros objetos, eran creados por las manos de mujeres, transmitiendo así en cada objeto información particular sobre cada sujeto o familia que lo usaba o poseía.
Hoy en día, esta actividad, junto a otras como la artesanía en crin, greda, cerámica, etcétera, son desarrolladas por muchas mujeres de localidades rurales, aportando con ello a la economía familiar y a la dignidad de ellas mismas, y dando un lustre característico a la cultura y las expresiones culturales de cada espacio.


