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Rupturista y polémica

"Su poesía brilla no como una noche estrellada, plácida y convencional, sino como un cielo diurno y cruel, un cielo salvaje, de la primera edad de la cristiandad. Pues este hombre, aunque no quiera serlo, por fortaleza corporal y mental, es un profeta, un monstruoso y formidable poeta profeta lírico. Su literatura oceánica y abismal no estalla como una quedeja de fuegos artificiales lúbricos y pedagógicos, sino como una explosión en medio de la selva, de la mina, de la multitud trágica, democrática, formal y retórica. Una explosión de salud y no de enfermedad, de vida y no de muerte, de afirmación y no de negación. Pablo de Rokha dispara los gestos, las palabras, los pensamientos, las ideas, las opiniones, que más que opiniones son insultos, que más que insultos son sentencias de desprecio y construcción. Este hombre-explosión lleva en sus venas la poesía como el leñador el hacha y el bandido el puñal. En nadie como él la poesía es un arma y una herramienta, y, como tales, con ella mata y crea. Una poesía dicha con los puños, no suspirada ni titubeada, una poesía que desde principios de siglo es una visión acre y profunda de un Chile rural y medieval". (Carlos Droguett)