La obra de Juan Luis Martínez, aún siendo de difícil obtención y no muy prolífica, ha marcado profundamente los caminos de la poesía chilena contemporánea. Incluye en el campo de acción poético no sólo los elementos propios de la post vanguardia literaria, sino que vincula también los quehaceres artísticos a través de obras transitivas, que a partir de una serie de referencias cruzadas y síntesis entre los lenguajes literario y plástico acaba por configurar un nuevo espacio discursivo.

Elementos como este, así como la permanente preocupación del autor por borrar su huella y realizar constantes diálogos intertextuales a través de su obra, han alimentando la dimensión mítica del autor y sus textos, así como una numerosa actividad crítica e interpretativa en torno a ellos.