Subir

El Pavo

El pavo, recopilado en 1962 por Gabriela Pizarro, es un baile de pareja donde el galanteo simula los movimientos de los pavos. Su nombre viene del primer verso de la seguidilla y hace directa alusión al ave en cuestión. Con el paso del tiempo se han generado otras versiones consistentes en danzas lúdicas en que se excluye a quien se queda sin pareja, derivadas de la acepción de "pavo" como persona distraída. Sin embargo, en su acepción original, se incluye dentro del grupo de bailes folclóricos chilenos ornitomórficos, dentro de los cuales cabe mencionar al pequén, el jote o el gallinazo.

En términos musicales tiene forma de cueca; aunque carece del pareado conclusivo, su estructura se basa en una cuarteta octosílaba y seguidillas.

El baile tiene particular atractivo. La pareja porta un pañuelo en cada mano y el varón, cubierto generalmente con un poncho, sostiene además, con el sombrero, un pañuelo rojo que le cae por la cara. La coreografía consiste en que la pareja gira constantemente agitando los pañuelos enarbolados, avanzando, retrocediendo y desplazándose lateralmente. Conjuntamente se agreden con los pañuelos en desplazamientos libres, cambiando de lado con un paso realizado con planta y taco.