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Seguidilla

Esta danza fue recopilada por Clorinda Gallardo y Margot Loyola en Curaco de Vélez, Chiloé, hacia 1962. Es conocida también como sirilla, seguirilla o segrilla. De origen hispano, brotó en Castilla en el siglo XV para luego desarrollarse fuertemente en La Mancha, Murcia y Sevilla. Su presencia en Chile se hizo evidente desde comienzos del siglo XIX, perfilándose como una música de teatro y tabladillo. Era frecuente en la animación de fiestas y presentaciones escénicas, y entre sus intérpretes destacaban agrupaciones femeninas como las Pinilla y las Petorquinas.

Su nombre tiene un curioso origen. Este estilo fue adoptado en sus danzas por las "mujeres de seguida", nombre asumido por las prostitutas que seguían a los soldados en sus campañas. De esa "seguida" viene el nombre "seguidilla".

Se bailaba de a dos parejas sueltas, interdependientes, con pañuelo, sin grandes desplazamientos pero con gran importancia del zapateo en el puesto con los brazos en alto.

Su métrica es sobre la base de cuatro versos, dos heptasílabos y dos pentasílabos, en que los versos impares no riman y los pares son asonantes.