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El daguerrotipo en Chile

El término daguerrotipo se ha utilizado en la investigación sobre fotografía tanto para aludir a la técnica, así como para referirse a la cámara y a la imagen obtenida con esta. El procedimiento consistía en la exposición a la luz de "una placa de cobre bañada en plata" que, posteriormente, era "revelada con vapores de mercurio" que producían "una imagen positiva, única y no repetible, que debe protegerse en un estuche cerrado" (Rodríguez Villegas, Hernán. Historia de la fotografía. Fotógrafos en Chile durante el siglo XIX. Chile: Centro Nacional del Patrimonio Fotográfico, 2001, p. 175). Su nombre proviene de su creador, el francés Louis Jacques Mandé Daguerre (1787-1851), quien continuó las investigaciones de Nicéphore Niépce (1765-1833) hasta lograr obtener una imagen por medio de esta técnica.

El daguerrotipo llegó tempranamente a Chile. La primera noticia que se tuvo de él fue en 1840, cuando arribó a Valparaíso L'Orientale, buque que traía consigo un aparato presentado en diferentes lugares de América. Sin embargo, no pudo utilizarse en el país pues el capellán Louis Compte, quien era el único conocedor del funcionamiento del instrumento, había desembarcado en Montevideo, antes de su arribo a Valparaíso. El segundo aparato fue enviado desde Francia por Francisco Javier Rosales Larraín (1786-1868), ministro de Chile en ese país, para ser utilizado en el Instituto Nacional (1813-). No obstante, llegó descompuesto y, a pesar de los intentos por repararlo, no fue posible hacerlo funcionar.

Con el arribo del tercer daguerrotipo en octubre de 1843, traído por el fotógrafo francés Philogone Daviette, se hicieron las primeras capturas realizadas en suelo nacional, un conjunto de retratos que alentaron la "daguerrotipia comercial", ya que prontamente se instalaron los primeros estudios que ofrecieron imágenes por medio de este procedimiento en Chile (Morales Alliende, María del Pilar. Los años heroicos de la fotografía en Chile 1840-1880. Memoria para optar al grado de Licenciado en Historia. Pontificia Universidad Católica de Chile, 1992, p. 65).

Entre estos primeros estudios que abrieron durante la década de 1840, se hallan los establecimientos de los hermanos estadounidenses Carlos y Jacobo Ward, quienes trabajaron inicialmente en Valparaíso y, luego, en Santiago y Copiapó; José Dolores Fuenzalida Fuenzalida (1810-1857), primer daguerrotipista chileno, quien se formó en Valparaíso y abrió después un estudio en la capital; William Helsby (1828-), que fue conocido por sus capturas de retratos y vistas, además de dirigir el conocido estudio de Valparaíso en la esquina llamada "Cruz de Reyes"; Robert Vance (1825-1976) y Hoytt, quienes abrieron un local en Santiago, donde ofrecían miniaturas en daguerrotipo; y Guillermo Freudentheil, quien dirigió un estudio en Valparaíso, en el que hizo retratos de grupos familiares y paisajes.

Los establecimientos entregaban al cliente la imagen daguerrotípica en un estuche hecho a mano, en el que debía resguardarse para su protección. Tanto este estuche como los marcos interiores -llamados "espaciadores" y que generalmente eran ovalados- se sofisticaron con el tiempo. Con estos detalles, los daguerrotipos se volvieron "joyas de familia que se conservaban con mucho celo" (Morales Alliende, p. 67).

Los estuches y decoración fina no solo se usaron para proteger los daguerrotipos, sino que también para otras fotografías obtenidas con técnicas posteriores como las que utilizaban soporte de vidrio, ambrotipos y opalotipos, y soporte de metal, los ferrotipos.