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Chile Films

Chile Films tuvo una existencia tremendamente inestable. Prácticamente todas las décadas cambiaba de carácter y propiedad. Nacidos en 1942, como filial de la Corporación de Fomento de la Producción, los estudios estatales tenían como objetivo producir largometrajes argumentales no sólo destinados a las salas nacionales, sino con la explícita intención de exportar a América Latina. Esta "internacionalización" de la producción nacional, se manifestaba en la imitación del estilo hollywoodense (grandes producciones, reconstrucciones históricas, temáticas de aventuras y romance) y en la contratación de directores extranjeros, mayoritariamente argentinos. Sin embargo el experimento fue todo un fracaso. La producción nacional independiente fue más exitosa que la estatal y Chile Films no logró generar rentabilidad suficiente para continuar más allá de la década de 1940. En 1949 CORFO ordenó el desmantelamiento de los estudios, sin embargo una campaña mediática logró abortar la decisión del organismo, que optó por arrendar la compañía a particulares (los hermanos Taulis). Sólo a mediados de la década de 1960 el Estado volvió a tomar posesión de la empresa.

Las principales obras producidas por Chile Films en la década de 1940 fueron:

Romance de medio siglo (1944), de Luis Moglia

La amarga verdad (1945), de Carlos Borcosque

La casa está vacía (1945), de Carlos Schlieper

La dama de la muerte (1946), de Carlos Christensen

Tormenta en el alma (1946), de Adelqui Millar

El Padre Pitillo (1946), de Roberto Ribón

El diamante del maharajá (1946), de Roberto Ribón

El hombre que se llevaron (1946), de Jorge Délano

La dama de las camelias (1947), de José Bohr

El último guapo (1947), de Mario Lugones

Esperanza (1949), de Francisco Mugica