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algunas instituciones privadas

Alfonso Leng y otros músicos de su generación, como Alberto García Guerrero y Acario Cotapos, fueron asiduos participantes de las más importantes tertulias musicales celebradas en Santiago a comienzos de siglo XX, como las del grupo de Los Diez, la academia Ortiz de Zárate y las reuniones de José Miguel Besoaín y Luis Arrieta Cañas. Fue en estos círculos donde se gestó la renovación de la música docta nacional, que tuvo como principal influencia la música de cámara del Romanticismo y, en especial, el drama lírico de Wagner, en detrimento de la música lírica italiana.

Mientras cursaba sus estudios universitarios de Odontología, Alfonso Leng, junto a García y Cotapos, frecuentaba la academia Ortiz de Zárate, organizada en torno a una orquesta de aficionados dirigida por Eduardo García Guerrero. Allí Leng participaba como intérprete de cello.

Los tres jóvenes concurrían también a las reuniones de Los Diez, grupo que permaneció activo entre los años 1915 y 1918 y que tuvo en la apreciación y el cultivo de la música uno de sus intereses estéticos fundamentales. Una de las primeras manifestaciones públicas del grupo fue la presentación que ofrecieron en la Biblioteca Nacional el día 2 de julio de 1916, oportunidad en la que ejecutaron las Doloras de Leng, a cargo del maestro Armando Carvajal.

Alfonso Leng integró también la llamada Sociedad Bach, institución creada en 1924 por Domingo Santa Cruz Wilson, compositor y académico de la Universidad De Chile. Esta entidad propugnaba la incorporación de la música a los programas generales de las escuelas y colegios locales, como una manera de abonar y promover el desarrollo futuro de la disciplina en Chile. Algunas de las iniciativas que propició la Sociedad fue la conformación de un cuarteto y de una orquesta, además de la creación de una revista especializada, destinada a fomentar la gestación de un auténtico movimiento musical en Chile.