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intérprete

Como bailarina, Malucha Solari destacó desde sus inicios. Siendo muy joven, con Andrée Hass y Elsa Martin, bailó en piezas como Rigoletto, La Traviata, Aída y Hänsel y Gretel. Luego, incorporada ya al Ballet Nacional (BANCH), se consagró en el papel de Swanilda, en Coppelia. En esa institución, su carrera como bailarina se desarrolló en paralelo a su labor docente, siendo decenas sus interpretaciones elogiosamente recordadas: La Seductora, en El hijo pródigo; La Muñeca, en Petruschka; La Gitana, en Czardas en la noche; La Mujer, en La mesa Verde. Entre 1960 y 1970 la cantidad de roles que Malucha interpretó disminuyó por estar dedicada a la docencia e investigación. Sin embargo, sus últimos roles como bailarina fueron igualmente destacados, recordándose su participación, a fines de la década de 1970 y principios de los ochenta, en montajes como Fedra, y Del Amor, de la compañía Mobile, dirigida por Hernán Baldrich.