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la generación del ochenta

"Nuestro hábitat ha sido la violencia". Así comienza el prólogo de la antología Contando el cuento: antología joven narrativa chilena, que da cuenta del contexto social que rodeó la producción literaria de esa época. Con esta antología, publicada en 1986, Díaz Eterovic y Muñoz Valenzuela buscaban ofrecer una oportunidad de difusión a autores entre 17 y 35 años de edad, en medio de las restricciones a la creación que suponía el régimen político imperante. Los compiladores apuestan por que los narradores incluidos en esta antología pasarán a formar parte importante de la historia de la literatura chilena en años venideros: "Como siempre, será el tiempo el más implacable crítico de estos cuentos, pero no dudamos que la mayoría de los escritores antologados son presencia renovadora hoy en día, y serán nombres presentes en el futuro de nuestra narrativa" (Contando el cuento: antología joven narrativa chilena, 1986, p. 12).

Los cuentos seleccionados son "Estanvivito" y "Los pasos en el viento" de Pía Barros; "Se acabaron los cigarrillos" y "Noviazgo" de Jorge Calvo; "La hipérbole del cuye" y "El gato de la esquina" de Gregory Cohen; "Orillera de los rincones perdidos" y "Osito de felpa" de Eduardo Correa; "El ascensor" y "Una sombra parada en una esquina" de Álvaro Cuadra, "Armadura" y "Subterráneo" de Ana María del Río; "El tiempo frágil" y "Atrás sin golpe o la noche que Villablanca ganó el título mundial" de Ramón Díaz Eterovic; "Ciencia de Pájaros" y "Tres músicos callejeros tocaron una serenata en el cerro Alegre" de Carlos Franz; "Cosas que sólo Nicolás sabe" y "Tejer historias" de Sonia González; "Oso mayor" y "Caperucita desnudando al lobo" de Edgardo Mardones; "Confesión" y "Gaviotas en el cielo" de Juan Mihovilovic; "Auschwitz" y "Anochece en la ciudad" de Diego Muñoz Valenzuela; "El hijo de Marcial" y "Las arañas" de Antonio Ostornol; "Toples" y "Presagio" de José Paredes; "Matemáticas" y "Café Postal" de Roberto Rivera; "Perrito" y "Mi hermano cruza una plaza" de Luis Alberto Tamayo; "Posibilidades de fotografía" y "Dos minutos para dormirse" de José Leandro Urbina.

En 1992, Díaz Eterovic y Muñoz Valenzuela editaron una segunda antología, Andar con cuentos: nueva narrativa chilena, destinada, nuevamente, a dar a conocer el trabajo cuentístico de aquellos narradores que "crecieron, maduraron, se casaron, empezaron a vivir y trabajar en un país no sólo con toque de queda y represión sin precedentes, sino también sin editoriales, sin diarios, sin teatro, con cines cerrándose todos los días, sin bibliotecas, en síntesis, sin cultura y, como se manifiesta en el prólogo de la antología, sin maestros y autores a los cuales seguir" (Camilo Marks, "Una generación encontrada", La Época (suplemento), 22 de marzo, 1992, p. 6).

Los cuentos que componen esta antología son "Sentarse a mirar el mar" de Mario Banic, "Artemisa" de Pía Barros, "El lobo" de Víctor Bórquez, "Plaza Italia" de Jorge Calvo, "Dos menos dos" de Fair Carvajal, "El recuento" de Gregory Cohen, "Última cena" de Jaime Collyer, "Dos x cuatro + esprei y zapatillas" de Eduardo Correa, "El ascensor" de Álvaro Cuadra, "Gotan: Canto del macho cabrío" de Marco de la Parra, "Templo" de Ana María del Río, "En la rama del cerezo" de César Díaz Cid, "Ese viejo cuanto de amar" de Ramón Díaz Etérovic, "La elegida" de Lilian Elphick, "Urracas y zorzales" de Martín Faunes, "Los estilistas" de Carlos Franz, "Jamás confundo lo real con lo imaginario" de Juana Gallardo, "Mudanzas" de Sonia González, "La sonrisa y un par de zapatos" de Christian Guadiana, "El Apocalipsis según Santiago" de Carlos Iturra, "La casucha" de Claudio Jaque, "Nubes nada más" de Pedro Jara, "Bésame otra vez forastero" de Pedro Lemebel, "La pepa del alma" de Jorge Marchant, "El desgarro" de Reinaldo Marchant, "Osa mayor" de Edgardo Mardones, "Nosotros tuvimos la culpa, Ruperto" de Juan Mihovilovic, "Estás cayendo" de Diego Muñoz Valenzuela, "El hijo de Marcial" de Antonio Ostornol, "Ojos azules" de José Paredes, "El nuevo tótem" de Silviana Riqueros, "Para amarte mejor" de Carolina Rivas, "Réquiem para un perseguidor" de Hernán Rivera, "Fotografía por encargo" de Roberto Rivera, "Mi hermano cruza una plaza" de Luis Alberto Tamayo y "Las malas juntas" de José Leandro Urbina.