Subir

Modernización del Ejército

La modernización del Ejército bajo el paradigma prusiano, se desarrolló con fuerza a partir de 1892, lográndose su consolidación en la década de 1910. Bajo el liderazgo del general Körner y la llegada de un grupo de 30 de oficiales prusianos, se iniciaron las reformas. Éstas incluyeron una reestructuración en el mando, ya que el Ministerio de Guerra sería el órgano ejecutor de las órdenes gubernamentales respecto a la dirección superior del Ejército. Las reformas efectuadas por el Ministerio pueden resumirse de la siguiente manera: creación de un Estado Mayor General, organismo asesor del Ministerio de Guerra, dedicado a la coordinación de las distintas secciones de la institución; se enfatizó además en la formación profesional de oficiales y suboficiales a través de academias y escuelas, como la Escuela Militar, la Academia de Guerra (1886), Escuela de Suboficiales (1900), Escuela de Caballería, la Escuela de Aplicación de Ingenieros Militares (1902) y la Escuela de Aviación Militar (1913). Además, se disolvió la Guardia Nacional y en su reemplazo surgió el Servicio Militar Obligatorio (1900), fijado en un año y 9 meses para figurar como reservista. Por último, se realizó un innovador cambio en la estructura orgánica que separó las fuerzas del Ejército en cuatro Divisiones, es decir, en cuatro unidades operativas compuestas preferentemente por regimientos y divididas por criterio territorial (I. Tacna, II. Santiago, III. Concepción y IV. Valdivia). Esto buscaba una estructura centralizada y vertical del mando que, además, les quitó el mando de las fuerzas militares regionales a los Intendentes y Gobernadores y los traspasó a los Comandantes en Jefe de División, los que dependían directamente del Ministerio de Guerra.

En la segunda década del siglo XX era visible la transformación del Ejército que, aparte de los cambios señalados, se manifestaba en la adopción de los uniformes prusianos y sus marchas militares. Por lo demás, el Ejército chileno alcanzó un notable prestigio que llevó, desde mediados del siglo XX, a varias naciones sudamericanas (Ecuador, Colombia y El Salvador) a contratar misiones militares chilenas para modernizar sus ejércitos según el modelo "prusiano" chileno. En palabras de la historiadora Patricia Arancibia Clavel, "Chile llegó a ser considerado como el país que contaba con la institución castrense más desarrollada, profesional y competente de Hispanoamérica". (Patricia Arancibia Clavel, (editora), El Ejército de los chilenos 1540-1920, Santiago, Editorial Biblioteca Americana, 2007, p. 273).