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Matadero Público

El objetivo de este establecimiento era centralizar el comercio de carnes ovinas, bovinas, equinas y caprinas en un sector alejado del centro urbano. Durante años había funcionado en el terreno que hoy ocupa la Iglesia de la Gratitud Nacional, bajo el nombre de Matadero de San Miguel. En 1847, Antonio Jacobo Vial y Formas vendió dos manzanas de terreno al Municipio de Santiago, a las que sumó luego dos más, contiguas a las primeras. Ese mismo año, la entidad edilicia eligió dichas tierras para instalar un centro de matanza, para cuya construcción contrató en remate público a Diego A. Tagle, cediéndole la posesión de la obra y del terreno por un período de 21 años. Además, lo autorizó para cobrar los derechos de carnes muertas y peletería.

En 1868, una vez terminado el contrato, el gobierno local se hizo cargo del Matadero por medio de la Administración Municipal. A inicios del siglo veinte se construyó el nuevo edificio, obra del arquitecto Hermógenes del Canto. Las nuevas dependencias contaron con infraestructura de avanzada, como un destructor de carnes o 'Aparato Hartmann' y una sala de ventas. El sistema de administración municipal funcionó hasta 1929, cuando se fusionó el puesto de Jefe de la Inspección Veterinaria con el de Administrador del Matadero, disponiéndose que desde entonces el cargo de Administrador recayera sobre un Médico Veterinario.

El Matadero del barrio Franklin continuó funcionando hasta la década de 1970, cuando fue reemplazado por el moderno Matadero Lo Valledor, ubicado en el sector suroeste de la capital, vinculado más directamente con el ferrocarril proveniente del sur.