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Infancia

La infancia de Violeta Parra fue tan difícil como la de muchas familias humildes del sur de Chile. Hija de Clarisa Sandoval y Nicanor Parra, nació el 4 de octubre de 1917 en la localidad de San Carlos, provincia de Ñuble. A los pocos años se trasladaron a Chillán, viviendo un buen tiempo en la casa de su abuelo paterno, José Calixto.

Los padres de Violeta siempre tuvieron dificultades de convivencia, en gran parte debido al gusto por la bohemia de Nicanor. Fue así como, durante algunos meses, su madre viajó sola a Santiago dejando a Violeta y sus hermanos Hilda, Nicanor y Eduardo, junto a su padre. En Santiago, en ese período, nació su hermano Roberto. En 1919 la familia entera se trasladó a Santiago, viviendo en callle San Pablo esquina con Manuel Rodríguez.

Su permanencia en la capital fue breve. En 1921, Nicanor consiguió trabajo como profesor en el regimiento de Lautaro, trasladándose la familia entera a esa localidad. En el viaje, Violeta contrajo viruela, enfermedad que dejaría notorias marcas en su rostro. Fue la primera de varias enfermedades que Violeta padeció en su vida.

En 1927 su padre perdió nuevamente el trabajo, lo que los obligó a trasladarse nuevamente a Chillán, para vivir esta vez en la población Villa Alegre. Desde allí Violeta se relacionó con el circo; viajó frecuentemente a Malloa para visitar a unos parientes lejanos, los Aguilera, donde conoció costumbres y fiestas campesinas; estudió en la escuela N° 16, donde recibió el apoyo para sus inquietudes artísticas de la profesora Berta; y, en fin, forjó en gran parte esa fascinante personalidad que la marcó a lo largo de toda su vida.

En 1933 partió a Santiago buscando a su hermano Nicanor.